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La editorial Nerea publica 'El Atlas del Rey Planeta'

Una expedición de historiadores y cosmógrafos enviada por Felipe IV en 1622. Un viaje desde Fuenterrabía al Cabo de Rosas, por toda la costa española.Unos mapas y unas descripciones históricas sobre los principales puertos y localidades. Unas autoridades locales recelosas. Un proyecto recogido en tres manuscritos repartidos entre Madrid, Londres y Viena. Unos documentos cartográficos desaparecidos durante siglos y encontrados recientemente en la capital austríaca. Estos son algunos de los argumentos sobre los que se levanta El Atlas del Rey Planeta-La descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos, de Pedro Texeira (1634), editado ahora por Felipe Pereda y Fernando Marías y publicado lujosamente por el sello Nerea de Hondarribia.

La historia arranca en la tercera década del siglo XVII, cuando Felipe IV decide encargar la elaboración de una relación completa de las costas de España, incluyendo el actual litoral portugués, ya que en aquella época ambas coronas estaban unidas. La idea era reunir en un sólo trabajo la información geográfica, histórica y demográfica del territorio nacional, pueblo a pueblo. Un conjunto de mapas generales y parciales de las costas completarían el trabajo.

Los resultados de la primera parte del proyecto se conocen a través de tres manuscritos depositados en la Biblioteca Nacional de Madrid, la British Library de Londres y la Biblioteca Nacional de Viena, capital esta última en la que acaba de descubrirse la parte cartográfica del trabajo, el atlas elaborado por el cosmógrafo portugués a las órdenes de Felipe IV Pedro Texeira (Lisboa ¿?-Madrid, 1662), conocido por los especialistas principalmente como autor de un mapa de la ciudad de Madrid elaborado en 1656. Nueve años de trabajo dieron como resultado este atlas elaborado en vitela de 35,2 por 44,4 centímetros e ilustrado en láminas de vivos colores.

«Hasta entusiasmo»

Aunque en un principio el rey encomendó la misión a Joao-Baptista Lavanha, una serie de circunstancias se aliaron para que finalmente fuera su ayudante Pedro Texeira el responsable absoluto de la expedición, que partió de Madrid en el verano de 1622 y llegó el 12 de septiembre a Fuenterrabía, en donde fue recibido por las autoridades con «hospitalidad, y hasta con entusiasmo», según relata en el volumen editado por Nerea el profesor de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid Felipe Pereda, autor de uno de los capítulos. Texeira, que se alojó durante unos días en casa de un hondarribitarra llamado Miguel de Hecho, encontró la colaboración de las autoridades locales. De hecho, una comisión formada por el alcalde, el regidor y los capitanes Martín de Duraso y Pedro de Cardel se encargó de susministrar la información reclamada por la expedición. En San Sebastián, el recibimiento no fue menos positivo y la ciudad incluso decidió correr con los gastos de la expedición del portugués en lo que a su estancia y provisión se refería. Sin embargo, algunos detalles y expresiones hallados en cartas y documentos revelan que tal disposición a colaborar respondía más bien al deseo de controlar, de alguna forma, las intenciones y resultados de la expedición. De hecho, las relaciones entre la Corte y las dos localidades vascas se encontraban enturbiadas desde meses antes por un problema relacionado con la frontera con Francia, en concreto, la zona del río Bidasoa.

Reformular el proyecto

En un juego de dobles intenciones, motivos ocultos, celos y recelos, la expedición abandonó, al parecer rápidamente, sus primeras intenciones y convirtió la «descripción general» del proyecto original en una descripción de las costas de España. Tal y como señala en su texto Felipe Pereda. «no creemos que la relación de los geógrafos e historiadores rindiera ningún fruto, más bien parece que en torno a 1624, forzados probablemente por la urgencia de la política militar, y tal vez por las dificultades que (...) se les presentaron en el País Vasco, Felipe IV optara por reorientar la comisión del mapa en una relación cartográfica de las costas y sus puertos más importantes».

En lo que se refiere a la expedición, lo cierto es que tras la reformulación de objetivos hizo su trabajo en la costa vasca y continuó su periplo. El largo viaje concluyó en 1629 y aunque son escasos los datos que se conocen, parece ser que los expedicionarios hubieron de enfrentarse a no pocos avatares, tales como la amenaza de los corsarios moros que acechaban las costas gallegas. El atlas se comenzó a escribir en 1630 y no se concluyó hasta cuatro años más tarde.

El volumen publicado ahora por Nerea en una cuidada edición incluye 116 imágenes a todo color -once de ellas correspondientes a la costa guipuzcoana- , el texto original y completo de Pedro Texeira, y una recopilación de cinco estudios firmados por un grupo de prestigiosos especialistas (Agustín Hernando, Richard L. Kagan y Daniel Marías) que, bajo la dirección de Fernando Marías y Felipe Pereda, ofrecen un análisis del atlas, de su autor y de su destinatario, Felipe IV. Asimismo, el libro incluye también imágenes del litoral vizcaíno en general y de Bilbao, Ondarroa, Bermeo y Portugalete, en particular, dieciséis de Andalucía, dos de Murcia, cinco de Valencia y siete de Cataluña. San Sebastián. «El más noble y poblado lugar desta costa de Guepúscoa, fortificada de buena muralla y baluartes bien guarneçidos de gruesa artillería. Su forma es quadrada. Báñale la de marzo de 1999por la parte del levante y por la del poniente, donde tiene su puerto (...) El puerto es huna ensenada que tiene de trabeçía media legua, que ase figura de huna media luna. A la entrada, en media distançia, tiene huna ysla alta en cuia cunbre está vna ermita de Santa Clara...»

Título: El Atlas del Rey Planeta. Descripción de España y de las costas y puertos de sus Reinos, de Pedro Texeira.

Editorial: Nerea (Hondarribia).

Páginas: 400

Ilustraciones: 173 del Atlas de Texeira y 50 en textos introductorios. Papel interior: couché mate ahuesado. Encuadernación: tapa dura con sobrecubierta cosida al hilo. LAS DESCRIPCIONES LITERALES DEL 'ATLAS DEL REY PLANETA'