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Un estudio constata que las truchas de río no tienen comportamiento migratorio

Al contrario que la mayoría de especies de salmónidos, sólo un 5 % de las truchas de río se desplazan antes de reproducirse o durante el año por necesidades alimenticias o de hábitat, según un estudio de la Universidad de Lleida, el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) y la empresa ambiental Gesner informado por Endesa.

Según el estudio, que forma parte del Plan para la Conservación de la Biodiversidad de la eléctrica, las "truchas exploradoras", es decir, las que remontan más de medio kilómetro los ríos, responden a patrones genéticos concretos, mientras que un 95 % se quedan prácticamente donde han nacido.

 

Endesa ha financiado el estudio para averiguar las bases ecológicas, fisiológicas y genéticas que llevan a las truchas comunes (Salmo trutta) a remontar los ríos, pero el trabajo ha demostrado que el 95 % de esta especie no lo hace. La eléctrica ha financiado el estudio para desmentir el denominado "efecto barrera" que crean presas y azudes y para negar la justificación de las construcciones de pasos para peces para poder migrar antes del período reproductivo o a lo largo del año.

 

La investigación se ha hecho en la cuenca del río Flamisell, afluente del Noguera Pallaresa, en la Vall Fosca leridana.

 

Allí, los científicos han hecho el seguimiento de los movimientos de cerca de 1.000 truchas mediante técnicas de marcaje individualizado con transmisores, durante un año, para conocer el alcance exacto de sus desplazamientos.

 

Según el estudio, la mayoría de las truchas de las cuencas del Pirineo tienen desplazamientos de menos de 50 metros, es decir, casi no se mueven de su lugar de nacimiento, mientras que el 5 % se mueven a distancias superiores a medio kilómetro, habitualmente en la época de reproducción.

 

La hipótesis de los investigadores es que la trucha es un salmónido de antepasados emigrantes, pero que ha devenido sedentario en los ríos del Pirineo y que los ejemplares "exploradores" han conservado parte de la huella genética migradora de sus antepasados.

 

El estudio genético llevado a cabo ha permitido a los investigadores obtener el transcriptoma del tejido muscular y cerebro de la trucha, a partir del cual han identificado una variante genética asociada a la movilidad de los peces.

 

Esta variante está presente con mayor frecuencia en el grupo de ejemplares exploradores de trucha.

 

Un dato sorprendente del estudio es el grado de consanguinidad observado en el grupo de truchas "exploradoras", lo que podría indicar la existencia de un cierto parentesco entre ellas, han asegurado los científicos.

 

Así, existen indicios que sugieren que factores genéticos y quizás fisiológicos pueden tener un papel importante en el comportamiento de la trucha.

 

El equipo de zoólogos, ingenieros, limnólogos, fisiólogos y genetistas que ha participado en el estudio está interpretando más a fondo los resultados y analizando la relación de los factores ecológicos y el papel de varios metabolitos y neurotransmisores.

 

También quieren confirmar que hay una base genética en el comportamiento de remonta identificando nuevas variantes genéticas en el genoma de la trucha que puedan relacionarse con este estímulo.