El aparejo

El montaje más eficaz para el uso de cualquier jibionera, es extremadamente simple.

basico

Con el se consigue que el señuelo trabaje adecuadamente y a unos pocos cms. del fondo, que es donde acechan los chocos; de paso se evita su enorme tendencia a engancharse en cualquier obstáculo, lo que con demasiada frecuencia ocasiona su pérdida.

Es el plomo al ser arrastrado por el sustrato , el que a menudo se traba sin que haya posibilidades de salvarlo.
Por eso, para evitar que el aparejo completo se pierda, el tramo de hilo que une el plomo con el emirillón ha de ser de un diámetro menor que el que procede de la caña, a fin de que se rompa, librando el señuelo.

Como alternativa, si no se dispone de un sedal más fino, debe crearse un punto débil, un punto de ruptura en ese tramo haciéndole un nudo simple.