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Porteño/GRUPO FLICK gana al Isla de la Graciosa el Desafío de Vela Autóctona 2009

Porteño/GRUPO FLICK gana al Isla de la Graciosa el Desafío de Vela Autóctona 2009

El bote de Vela Latina Canaria Porteño/GRUPO FLICK fue el vencedor de la Desafío de Vela Autóctona Lanzarote-Gran Canaria, al imponerse al barquillo Isla de La Graciosa, en la regata disputada hoy domingo día 16 de agosto de 2009, con salida en el túnel de La Laja y meta en el exterior del Muelle Deportivo, bajo la organización de la Orden de Cachorro de Gran Canaria.

Las dos tripulaciones encontraron viento del norte de fuerza 4,5 en la salida y mar con poca ola, circunstancias que se mantuvieron hasta la entrada de la bahía de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria donde aparecieron varios roles de viento, bajando la intensidad.
El Porteño/GRUPO FLICK tuvo como patrón a Óliver Bravo de Laguna quien dispuso de un total de 16 tripulantes, de los que 11 fueron los que participaron en la regata: Ángel González, Juan Cruz, Santiago Ferrera (padre e hijo), Rogelio Hernández, Gabriel Maroto, Elías Morán, Roberto Rodríguez, Ramón Rodríguez, Sebastián Ceballos, Christian Morán, Juan Luís Morán, Kevin González, Juan manuel Zamora y Bábara Morán.
Por parte del Isla de La Graciosa, con Gerardo Toledo a la caña fueron 10 los que estuvieron como tripulantes, estando disponibles: los hermanos Marcial y Marcos Rodríguez, Moncho Martín, Miguel Reyes, Daniel Toledo, Óliver Hernández, José Miguel Morales, los hermanos Juan Carlos y Daniel Martín, Luis Fernando Toledo, Echeide Toledo, Daniel Toledo, Pedro Paez y Enrique Toledo.
Salió primero en Porteño y pronto enfiló su camino hacia la primera baliza en la zona de Cardoso, mientras que el isla de La Graciosa fue cayendo hacia tierra y entró en una zona de calma que les dejó casi sin opciones que ya que tuvieron que virar en dos ocasiones para supera la baliza.
Con esa clara ventaja el bote de El Refugio en la zona portuaria fue manteniendo su privilegiada posición que reforzó tras salvar la segunda y última baliza en el Castillo de San Cristóbal, mientras que los lanzaroteños, pese a recortar diferencias en los “largos”, terminarían entrando en meta a 3 minutos y 7 segundos. El Porteño invirtió 1 hora 8 minutos y 51 segundos por 1 hora 11 minutos y 58 segundos el bote de la Isla de La Graciosa. Rosaura Santacruz fue la Juez de Regata y actuando como árbitro Gregorio de la Torre.
Este histórico enfrentamiento se remonta a la década de los años 60 cuando Porteño e Isla de La Graciosa se desafiaron en los años 62 en Lanzarote y 63 en Gran Canaria, venciendo en ambas ocasiones el barquillo de la familia Toledo de la Isla de La Graciosa, barquillo construido en el año 1937 por Simón Morales.
Fue en el 2008, coincidiendo con el 45 aniversario de esta “pega” cuando La Orden del Cachorro de Lanzarote que preside Marcial Morales, recuperó esta noble rivalidad entre bote y barquillo que participan en sendas competiciones autóctonas, pero con cascos y velas de diferentes dimensiones. También el año pasado ganó el Isla de La Graciosa.
Este nuevo Desafío de Vela Autóctona del Siglo XXI Lanzarote-Gran Canaria, contó con la colaboración de la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias, Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Federación de Vela Latina Canaria, Delegación en Gran Canaria de la Federación de Barquillos, Real Club Victoria, Naviera Armas y Radio Juventud.
Óliver Bravo de Laguna, patrón del Porteño dijo que fue más importante el acontecimiento y todo lo que ha rodeado este Desafío que la victoria. “Salimos bien y mientras superamos sin dificultad la primera baliza, ya vimos que ellos tenían problemas. Luego en la segunda del Castillo de San Cristóbal ellos buscaron como referente un viraje a tierra que no les sirvió de nada y ya nos fuimos tranquilos hacia la meta, encontrando vientos muy racheados pero sin mayor incidencia”.
Gerardo Toledo, patrón del Isla de la Graciosa, manifestó ha sido una experiencia para repetir: “Hubo un ligero mal entendimiento en la salida, pero luego no fuimos capaces de reaccionar. Conozco el campo de regatas porque he navegado en varias ocasiones como tripulante de los barcos cruceros, pero nunca con el barquillo y en la primera baliza al no conocer la zona debíamos haber ido más a tierra, y ese error nos costó la regata ya que al no haber acertado con la elección de la vela, sólo pudimos acercarnos, pero nada más.”