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Ericsson Racing Team. euforia contenida

El hito obtenido ayer por Ericsson 4 al batir el record de velocidad de un monocasco en 24 horas, superando además la barrera de las 600 millas, es para muchos un éxito en sí mismo, pero para la tripulación es sólo una alegría en medio de un duro trabajo hacia una meta mayor: llegar a Ciudad del Cabo lo antes posible.

Se ha trabajado muy duro los últimos tres días y estamos ya deseando llegar de una vez por todas: no aguantamos más el agua por todos lados", contaba exultante el brasileño Horacio Carabelli, trimmer y timonel de Ericsson 4. "Aquí hay que pisar mucho el acelerador. En portugués tenemos un dicho que dice: Si paras, el bicho te come, y si corres, el bicho te pega. Entonces, hay que seguir corriendo. El bicho está atrás. Hay que aprovechar y ganar millas en cuanto sabemos que podemos, así que esa es la mentalidad por ahora: seguimos pisando fuerte", comentaba riendo Carabelli.

Ericsson 4 ha estado navegando a una media de más de 25 nudos en unas condiciones en absoluto ideales, lo que garantiza emociones fuertes y ha hecho emplearse a fondo a toda la tripulación: "Es difícil transmitir la sensación. Pienso que es imposible: hay que vivirlo, porque entre el agua, el ruido.es bastante emocionante, delirante", dice Carabelli.

En una situación de tanta exigencia física y mental, la tripulación agradece contar con una embarcación confiable, como es Ericsson 4: "El barco se comporta muy bien", explica el trimmer brasileño. "Tiene mucha estabilidad direccional. La verdad es que estamos muy contentos con la herramienta que tenemos y el desarrollo que se ha hecho con el grupo".

Quedan ya pocos días por delante hasta llegar a Ciudad del Cabo, y las decisiones tácticas serán cruciales: "En principio por ahora vamos bien, pero puede ser que haya que hacer alguna trasluchada, depende del tiempo", explica Carabelli. "Por ahora seguimos lo más en línea recta posible. Vemos que los de atrás han ya trasluchado, pero nosotros seguimos en este sistema de baja presiones que nos ha llevado tantas millas adelante, y deseando llegar de una vez por todas", dice.

No es extraño que quieran terminar la etapa: "Estamos muy cansados todo el mundo. El barco es muy exigente en este tipo de condiciones, pero es parte del juego", explica Carabelli.

Llevando el barco al límite en condiciones extremas, como ha hecho Ericsson 4, cualquier cosa puede suceder, pero el trabajo no deja tiempo para temor: "Miedo no tiene ninguno de nosotros. Creo que uno se acostumbra a todo esto. Y la adrenalina sobrepasa cualquier miedo que puedas tener. Es más agarrarse fuerte y bueno, el barco va saltando de ola en ola, lo mismo en la noche, que uno no ve absolutamente nada. hace parte. El miedo uno lo deja un poco de lado. Si lo piensas mucho. no estaríamos aquí", concluye riendo el brasileño.