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CUANDO LAS TOGAS SE MANCHAN CON EL POLVO DEL CAMINO O CUANDO LA JUSTICIA PRETENDE USARSE DESDE EL PODER PARA REALIZAR UNA VENDETTA.

CUANDO LAS TOGAS SE MANCHAN CON EL POLVO DEL CAMINO O CUANDO LA JUSTICIA PRETENDE USARSE DESDE EL PODER PARA REALIZAR UNA VENDETTA.

De los dos años de suspensión de licencia dictado por el Comité de Disciplina de la RFEV, el órgano jurisdiccional deportivo superior, el Comité Español de Disciplina Deportiva lo redujo a una regata. La desproporción de las medidas, y sobre todo las formas en la tramitación del expediente por parte de la RFEV dejan clara la intencionalidad de esta.

El comienzo del título de este articulo esta parafraseado de un dicho que definió perfectamente a un reciente Fiscal General del Estado, el que decía que era conveniente que esto sucediese. Está claro que sucede. Afortunadamente no todos los jueces actúan bajo este criterio, pero lo que está claro es que algunos si lo hacen. En la Vela conozco a muchos que son imparciales, honrados y justos, pero desde luego he sufrido a otros a los que sus togas se les han manchado con el polvo del camino.

Antes de empezar a contar lo que me ha ocurrido, al menos con el que Juez que actuó, en nombre y a instancias de la RFEV, en lo que voy a contar. Digo esto porque en el lugar donde tuvo término el comienzo de este caso, había, y así me lo trasmitieron en aquel acto, decidido no pasar más allá de lo que allí se decidió. Siendo la propia Federación la que insto a que diesen traslado del asunto a la misma, para aplicarme, sin sentido, la pena más grande que tuviese lo más duro de lo que en sus normas se reflejaba.

Hoy, al final de todo el asunto me alegro de que no fuese así, y se iniciase el expediente, el que ha acabado con que por parte del Comité Español de Disciplina Deportiva, máximo órgano jurisdiccional deportivo, en su decisión final y definitiva considere que la decisión de aquel Comité de Protestas era desproporcionadamente excesiva, emitiendo un fallo que nada tiene que ver con la pena impuesta por la RFEV desde su Comité de Disciplina.

Antes entrar en materia de lo que me ha sucedido en relación al Comité de Disciplina de la RFEV quiero contar algo en lo que no he tenido ninguna intervención, pero que demuestra que el enunciado de este artículo desgraciadamente ocurre a menudo en nuestro deporte.

"En una regata internacional realizada este verano, en una salida un participante que se acercaba a la línea, sufrió un abordaje causado por otro que se quería meter incorrectamente y que se debía de mantener separado. El causante del incidente, al llegar a tierra al terminar la regata, dejo claro al perjudicado de que se haría cargo de los desperfectos producidos. Pero como el incidente se había producido ante la presencia del Comité de Regatas, el perjudicado tuvo que realizar la protesta por el incidente, ya que había habido daños y en ella presentaba como testigo al propio Comité de Regatas que había visto todo el incidente, el cual certifico en la vista ante el Comité de Protestas, que todo lo que había expuesto el protestante constituía la realidad de los hechos. El protestado envió a un tripulante a la vista, quien conto, como suele ocurrir en estos casos, una milonga. En el comité de protestas había un trabajador del club al que pertenecía el barco protestado y de cuyo club era directivo el armador del mismo. La deliberación de Comité de Protestas sobre el incidente en que había quedado probado el abordaje, fue la desestimación de la protesta".

También quiero indicar el talente de otro comité, el que anuncia por radio, tras siete horas de calvario del navegante, que ha sido descalificado desde la salida por haberla hecho un minuto tarde. Al descalificado en cuestión le faltaba un milla para cortar la línea de entrada después de cómo digo 7 horas de navegación

Cosas veredes amigo Sancho

En fin, eso aunque tiene que ver con lo que trata el artículo, es otra historia.

Ahora paso a describir lo ocurrido con la vendetta que se pretendió realizar a balón pasado conmigo.

En el campeonato de Europa Master de la Clase Snipe, las cosas no transcurrían demasiado afortunadas para la celebración del mismo. A medio campeonato se quisieron modificar las reglas de la clase, algo muy común en nuestro país en donde las reglas se obedecen pero no se cumplen, y con esa modificación realizar tres pruebas en una jornada. Esto ocasiono que se protestase esa modificación y como no podía ser de otra manera se anulo la modificación. En la última jornada el viento no quería hacer su aparición en el campo de regatas y las previsiones no auguraban más de 4 nudos cuando lo hiciese, a pesar de ello el Comité de Regatas mando a toda la flota al agua, lo que se hizo a remolque por más de 40 minutos. Cuando esta llego al campo de regatas estuvo flotando más de hora y media a la espera de que el viento hiciese su aparición. En un momento que pareció que así ocurría, el Comité de Regatas comenzó con el procedimiento para dar la regata. se Tras haberse navegado la mitad del primer tramo, el viento escaseo y rolo más de 40 grados, lo que facilito que los que habían llegado con más de 5 minutos tarde a la salida, se colocasen entre los 5 primeros al paso de la primera baliza. En comité a pesar de ello siguió manteniendo en marcha la prueba, la que se caracterizo en todo momento por las roladas y la escasez de viento. Durante la prueba en un momento pregunto a una de las lanchas que estaban en el campo por un dato el que me dicen no conocer, a lo que contesto dirigiéndome a mi tripulante con unas palabras desafortunadas pero no ofensivas. Al terminar la prueba me acerco al comité de regatas, al que conozco desde hace mas de 30 años y tengo la confianza suficiente, para felicitarle por su desafortunada decisión. Cuando me alejo me preguntan que es lo que llevo en popa a lo que la contesto de forma jocosa dentro de nuestra amistad.

Así las cosas llegamos a tierra, donde como es el fin del campeonato aquello era una jungla, al ser escasísimo el espacio y todos querer sacar el barco de aquel lugar para marcharnos a casa lo más rápidamente posible.

Cuando estamos en pleno follón me viene una persona que no se identifica, y que yo no conocía, y empieza a increparme sobre lo que había dicho a la zodiac. Como no paraba, y con el agobio que había le mande a la Mi…

Ya fuera del recinto, cuando había conseguido sacar el barco y le estaba cargando con mis compañeros en el remolque, me viene un Sr. que se identifica como el Presidente del Comité de Protestas a entregarme un escrito, el cual y con lo que estábamos realizando en ese instante no recogí, le acompañan el presidente del Comité de Regatas

Abreviando, me habían presentado dos protestas. Por ello fui a la vista, la cual aunque se acababa de celebrar sin mí, se volvió a abrir y se me escucho, en ella pedí disculpas a todos aquellos que se podían haber sentido ofendidos sin intención por mi parte. Estos las aceptaron y se resolvió sacarme del campeonato, lo que acepte en aquel momento para olvidarme del asunto.

Bien, lo ocurrió hasta aquí es una acción normal en cualquier regata. Pero ahora es cuando viene lo bueno.

A mediados de Enero del siguiente año, me llega un escrito de la RFEV por la que se me indica la apertura de un expediente disciplinario sobre lo ocurrido en aquel campeonato, y se me dan unos días para realizar mis alegaciones sobre ello.

Hago las mismas en tiempo y forma, y en ellas explico lo ocurrido. Al poco tiempo me llega la resolución de la RFEV en la que en principio me piden 5 años de inhabilitación, la que me dejan en dos y me imponen la pena a partir del uno de Abril.

Por aquellos momentos se celebraban en mi club regatas sociales en las que participaba, y no se les ocurre nada mejor que me enviarme, en la línea de salida de las mismas, un recado de que no puedo participar, eso sin haber recibido yo aun la decisión final de la RFEV que mención anteriormente. También me niegan en el club la inscripción al territorial que iba a tener lugar dentro de 15 días.

Como afortunadamente la decisión Federativa no es firme, pues cabe recurso ante el Comité Español de Disciplina Deportiva, presente este ante ese organismo la vez que envié una carta al club y otra a la territorial para indicarles que acudiría a la Jurisdicción Ordinaria si se me seguía acosando como habían hecho.

En la tramitación del expediente ante el Comité Español de Disciplina Deportiva he tenido que leer acusaciones extemporáneas y fuera de lugar por parte del fiscal de la RFEV, las que parecían las de un inquisidor. Yo al fin y al cabo había dicho frases poco afortunadas, pero no había ni pegado a nadie, ni me había dopado, por lo que la insidia con la que era perseguido por la RFEV solo tenía una explicación y es que había anulado las elecciones en el club del que era Presidente el Vicepresidente de la RFEV y Presidente del Comité de Disciplina

En fin, al grano, después de unos meses de intercambio de escritos con el Comité Español de Disciplina Deportiva en contestación de los que enviaba la RFEV pidiendo mi cabeza, el órgano deportivo superior evacuo el siguiente Fallo, que es firme: “

Con lo que a la desproporcionada pena de dos años de suspensión de licencia federativa que me había sido impuesta por la RFEV, el Comité Español de Disciplina Deportiva lo dejo en una sola regata.

Ahora tras este fallo ya firme, tendrán que recalificarme en la regata del europeo que sin objeto alguno fui descalificado lo que en ningún momento tenía que haberlo sido, sino que como dice el fallo del Comité Español de Disciplina Deportiva mi pena era la de solo una regata y no de las dos como me impusieron en primera instancia.

Ante esta forma de actuar de los jueces en primera instancia en nuestro deporte animo a los sufridos regatistas que cuando las decisiones de las protestas no se ajusten a la norma y a los hechos, acudan a la apelación y cuando esta no sea tampoco acorde a esos parámetros recurran al Comité Español de Disciplina Deportiva y en su caso al contencioso, con el fin de que los Comités de Protestas sean consciente de que lo que tienen que resolver ha de ser de acuerdo con los hechos y las reglas para que las togas no se manchen con el polvo del camino.