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Las presiones políticas y el rumbo del Prestige

El Ministerio de Fomento permitió que el Prestige cambiara de rumbo a los dos días, justo tras recibir por fax la petición formal de las autoridades francesas de variar su ruta. El remolque del petrolero puso rumbo sur a las 04.00 del día 15, cuatro horas después de que a la Delegación del Gobierno en A Coruña llegara la comunicación procedente de Francia que exigía modificar el rumbo del convoy.

El petrolero y remolcadores se dirigían entonces al NW. Y tal rumbo lo conducía a aguas de la zona de interes francesas. Hasta que se produjo esta protesta del gobierno galo. El criterio del capitán del petrolero, Apóstolos Mangouras, era también de virar al sur, pero en su caso sólo para capear al temporal del N que corría en esos momentos. No fue tenido en cuenta por las autoridades españolas.

Fomento negó en un reciente comunicado que la virada fuese fruto de la presión francesa. El ministerio que dirige Francisco Álvarez-Cascos aseguró que "el rumbo del Prestige respondió siempre a criterios técnicos". Y atribuyó tan radical giro al capitán del petrolero, Apóstolos Mangouras. Un abanico de documentos en poder de Fomento, cuestionan la versión oficial.

El cuaderno de bitácora de la fragata Cataluña, que acompañaba al remolque, certifica el echo acaecido en esa noche del 14 de noviembre: "El capitán del Prestige manifiesta su deseo de poner rumbo sur, siendo denegada por el momento su petición".

Fomento proclama que nunca ocultó la existencia del fax procedente de Francia, pero minimiza su importancia. "Es una de las muchas comunicaciones e intercambios de criterios y opiniones técnicas que se produjeron aquellos días para atender coordinadamente la emergencia". El ministerio, en su afán por relativizar el documento, destaca que fue dirigido al director de operaciones de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar), y no al director general de Marina Mercante, José Luis López-Sors.

La cronología registrada en el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento (CNCS) da a entender que Fomento no tomó tan a la ligera la recepción del fax en esa noche y que su destinatario último fue realmente López-Sors:

- "23.15. Fax de la Prefectura Marítima del Atlántico mostrando su preocupación por la ruta NW que actualmente sigue el petrolero. Desean que se haga otra cinemática menos peligrosa para el litoral francés cuando sea posible.

- 23.45. Se envía fax recibido de la Prefectura Marítima del Atlántico a la Delegación del Gobierno en A Coruña".

Fomento relativiza el valor de este fax, el CNCS, en Madrid y dependiente de Sasemar, lo reenvía a la Delegación del Gobierno en A Coruña, lugar donde se establecería pocas horas después el gabinete de crisis presidido por el director de Marina Mercante, José Luis López-Sors, quien aterrizó en la ciudad gallega a medianoche, casi a la misma hora que llegaba el fax.

A partir de ahí surge el debate sobre quién ordena en realidad al petrolero poner rumbo al sur a las 04.00 del día 15. Para Fomento está claro: "La orden la da el capitán del Prestige, estando ya a bordo la empresa salvadora". Sorprende que Apóstolos Mangouras pudiera ordenar aún algo sobre su barco cuando la víspera, día 14, su criterio no fue tenido en cuenta por Fomento. Lo prueba un segundo ejemplo: "17.50. Prestige solicita le informemos qué se pretende hacer. Se le ordena continuar el mismo rumbo y esperar instrucciones".

La carpeta de actuaciones del CNCS aporta más interrogantes: "04.00. [El remolcador] Ría de Vigo informa que el capitán del buque [Prestige] le ha mandado poner rumbo sur diciendo que tienen muchos problemas; han parado máquinas". ¿Cómo logra un capitán que un remolcador al servicio del Estado cumpla sus órdenes y varíe el rumbo que le fijaron las autoridades marítimas? ¿Por qué el deseo de Mangouras es aceptable sólo tras el fax de Francia? ¿Cómo impone rumbo un petrolero con la máquina parada a un remolcador averiado?

Fomento lo explica así: "A las 04.00, encontrándose a unas 61 millas de la costa, el capitán del Prestige pide al Ría de Vigo que ponga proa al sur (rumbo 180º), dado que las previsiones indican empeoramiento del tiempo con temporal del norte. Conforme se ganaba en latitud, y llevando la mar por proa aumentarían los movimientos de cabezada que podrían ser excesivos para la condición estructural del buque".

Aparentemente, las cabezadas contra el temporal no tuvieron para Fomento interés alguno antes de recibir el fax francés. Lo prueba el parte de la fragata Cataluña de la noche del 14 de noviembre, cuando se denegó a Mangouras el rumbo sur que solicitaba: "Mala anochecida con cielos cubiertos, y horizontes tomados, chubascos intermitentes, viento del sur, fuerte marejada y mar de fondo de 3 a 5 metros. Finaliza la vigilancia navegando a rumbo 320º". La Cataluña pinta un penoso retrato del petrolero: "Comienza la vigilancia navegando en rumbo 325º en las cercanías del Prestige, que se encuentra en situación lamentable, con pérdidas de fuel, debido a un considerable boquete en estribor. Debido a su cercanía a nuestras costas, supone un enorme peligro para nuestras costas. A media tarde consiguen arrancar la propulsión del barco, con objeto de alejarlo todo lo posible de la costa. De este modo se consigue, ayudado por remolcadores, mantener una velocidad de seis nudos mar adentro, y rumbo noroeste".

El Ría de Vigo no está entonces para cumplir órdenes de Mangouras ni de nadie. Lo detalla el cuaderno de bitácora del remolcador Sertosa 32 a las 07.50 del 15 de noviembre: "Se está dando vueltas con el barco porque el Ría de Vigo no puede gobernar bien". Horas más tarde registra otro dato que evidencia que Mangouras no fue la clave del giro al sur: "19.05. El capitán del Prestige abandona el barco y nosotros continuamos derivando hacia un rumbo efectivo de sur".

Un nuevo dato demuestra la implicación de Fomento en el rumbo sur. Lo registra el remolcador Alonso de Chaves a las 19.00 del 16 de noviembre: "El Centro de Salvamento de Finisterre ordena que uno de los dos barcos tire del Prestige para llevarlo a suroeste, pues el barco está rumbo al oeste".

Curiosamente, en la mañana del 14 de noviembre, con el Ría de Vigo igualmente inoperante y horas antes de la llegada del fax francés, el remolcador Sertosa 32 detallaba órdenes y rumbo muy diferentes: "Somos nosotros los únicos que estamos remolcando, con instrucciones de alejar el buque hacia el noroeste".

Un testigo excepcional a bordo del Prestige prueba que el petrolero estaba tan a merced de las olas como de los rumbos ajenos. Wytse Huismans, el capitán del equipo rescatador de Smit Tak, describe el siguiente cuadro al subir a bordo del Prestige a las 04.00 del 15 de noviembre, la hora del supuesto timonazo de Mangouras: "En aquel momento la situación era que los remolcadores Ría de Vigo y Sertosa 32 estaban conectados a la proa del buque siniestrado. El rumbo en aquel momento era de 315º, es decir, aproximadamente noroeste. (...) Hubiera preferido llevar el barco en dirección sur para que se arrastrara y no cabeceara y, obviamente, quería evitar el mal tiempo que estaba previsto que llegara del norte. Nuestro rumbo nos llevaba hacia aguas francesas y británicas, y era incapaz de encontrarle ningún beneficio a aquello".

A las 5.30, hora y media después de su arribada, Huismans registra el cambio de rumbo, pero no como decisión del capitán del Prestige, sino como elemento sobrevenido o justificado por una avería del Ría de Vigo: "El capitán de salvamento de Smit Tak llama al remolcador Ría de Vigo por VHF, le informa que el remolcador ha sufrido graves daños en estribor durante el proceso de conexión al siniestro y sólo puede girar a babor [hacia el sur] o seguir hacia delante [noroeste]".

Huismans revela en sus anotaciones las reales intenciones del cambio de rumbo propiciado por Fomento: "Para poder llevar el siniestro hacia el sur, alejándolo de aguas francesas e inglesas, se emplea el Sertosa 32 para mantener el equilibrio y asistir al convoy para realizar un largo y lento giro a babor en dirección 230º". Nada que ver con la tesis de Fomento: que el cambio de rumbo lo ordenó Mangouras al Ría de Vigo y que un técnico de Smit Tak, sin más, lo confirmó.

Todos los documentos parecen dar la razón al almirante Jacques Gheerbrant, prefecto marítimo de la zona atlántica de Francia. Reveló al Parlamento de su país el resultado de su fax a Fomento: "Esta intervención no fue hecha pública porque no era necesario. A causa de ella el barco se alejó un poco de nosotros. Los portugueses protestaron enseguida. Y entonces el navío tomó una ruta al oeste que no desagradaba ni a los unos ni los otros".

La advertencia de Lisboa llegó a través de un buque de guerra portugués que en la noche del 18 cortó en seco el viaje al sur del Prestige. Tras el aviso de la corbeta portuguesa, el centro de salvamento de Finisterre ordenó al convoy cambiar de 230º a 270º el rumbo. Este stop sí lo admite Fomento: "Durante la noche del 18 se cambió el rumbo, al oeste, para evitar la entrada en aguas de la zona económica exclusiva portuguesa, ya que una fragata de dicha nacionalidad comunicó que el remolque carecía de autorización para entrar en dichas aguas".

Ni el veto francés ni el veto portugués a la entrada del petrolero en sus aguas hacen mella en el análisis de Fomento: "El rumbo del Prestige respondió siempre a criterios técnicos", sostiene.