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Que pasa con el alto nivel en el piragüismo español

Que pasa con el alto nivel en el piragüismo español

Jóvenes palistas abandonan por falta de recursos y la feroz competencia. "No hay dinero para todos", justifica la Federación.
La falta de ayudas lastra a uno de los deportes más laureados de mundo olímpico español

Si te preguntan por un deporte en el que España vaya a conseguir medalla, no dudes, contesta que el piragüismo. Sin duda y sin acudir a las hemerotecas, históricamente las 16 medallas logradas en el historial olímpico lo convierten con el depirte de la vela con 19 en la élite de los que compiten en las pruebas de los aros multicolores. En Río con tres oros y un bronce, quedó patente nuestro potencial, y solo con 9,838 licencias pero que esconden a una gran cantidad de palistas de alto nivel, mixtura de jóvenes y de veteranos, elenco de técnicos, espejo de muchos paises.

Hastas aquí "días de vino y rosas", sin duda, así lo comenta Ekaitz Saies, director técnico de la Real Federación Española de Piragüismo (RFEP). "Estamos en el momento más dulce en cuanto a rendimiento. Fuimos el mejor equipo del mundo el año pasado en kayak masculino y en el resto también está habiendo desarrollo". "Ya teníamos a Cal, Craviotto o Maialen Chourraut, pero no había, como ahora hay, una estructura debajo de estas figuras". España rema en posición ventajosa para seguir triunfando... ahora viene la "falta de vino y rosas". El precio a pagar es la desmotivación de posibles nuevos campeones que cuelgan la pala por la dificultad para conseguir ingresos en un deporte minoritario donde existe una competencia feroz por las plazas en competiciones internacionales. Es el embudo del piragüismo español.

Es el caso de Javier Cabañín (24 años) campeón del mundo y de Europa sub'23 en K4-1000. De José Luis Gómez (20), subcampeón del mundo sub'23 en K1-200. De Gabriel Campo (25), subcampeón europeo en K2-500. Ellos son la cabeza podriamos decir más representativa de otros compañeros han ido colgando la pala desde 2016, como denunció recientemente a través de las redes sociales Javier Hernanz, piragüista olímpico en Río. Un ejemplo: "Lo mío fue un cúmulo de cosas. Tengo un niño, vi que la situación económica de la RFEP era mala y no iba a estar compitiendo sin ayudas. Estás invirtiendo dinero y parece que te lo quitan. Dije basta porque tengo que labrarme un futuro", cuenta Campo.

La Federación argumenta que los deportistas conocen los criterios para recibir las becas federativas y que la cuantía ha aumentado de 95.000 euros a 253.000 en menos de una década, allí donde no llegan las ADO, las más importantes dirigidas a los olímpicos, y las Podium. "Lo siento mucho por ellos. Yo también he sido deportista y sé que cuando no consigues los resultados se te cae todo encima. Tenemos las cuentas muy bien organizadas, pero no hay dinero para todos", explica el presidente de la RFEP, Juan José Román Mangas.

El plan de viabilidad del Consejo Superior de Deportes, que ayudó a decenas de federaciones a dejar atrás la quiebra técnica en los años más duros de la crisis, limita ahora su actuación y obliga a acabar las temporadas con beneficios. "Hay mucha gente en la élite, pero no todos tienen salida porque hay mucha rivalidad. Morimos de éxito", lamenta. Incluso a veces el embudo se convierte en tapón, como indica Saies: "El nivel de los deportistas titulares es altísimo. Es muy difícil desbancar a Craviotto, pese a que tenga 30 años. Marcus Cooper es el vigente campeón olímpico, quitarle el puesto a Maialen o Ander Elosegi va a ser complicado y Paco Cubelos e Íñigo Peña tienen la mejor marca de la historia en K2-1000".

Ni el propio Craviotto se libra de la presión. "Llevo notándola toda mi vida, el deporte de élite es cruel. Llegué a tirar la toalla, pero por suerte reconduje la situación antes de Río», relata. «Estoy estresado, veo que tengo mucho nivel a mi alrededor". No le faltan motivos, porque para la nueva prueba en Tokio, el K4-500, es uno de los seis candidatos. Dos se quedarán fuera. "Por mucho nombre que tengas, manda el crono. Nos daremos de palos en el agua para ver quién es más rápido".

El deporte y los exitos de nuestros deportistas son fiel reflejo de la calidad humana de un pais, esto es la teoría que sin duda no es muy aplicable a nuestro estado. Solo resta decir "Honor y Gloria" para nuestros palistas que entrenan lo indecible en aguas de Trasona, río Miño, rías gallegas, en la Seu de Urgel o en Palma de Mallorca y Sevilla, que llevan el nombre de España en pruebas olímpicas y no olímpicas como la maratón gracias a unos clubes que malamente les pueden facilitar material entre las penurias de sus desplazamientos. Tenemos oro en la base y hierro oxidado en los que dirigen; pero que bonito es hacerse la foto cada cuatro años con preseas colgadas de cuellos sufridores.