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Los clubes náuticos de Baleares, “muy preocupados” por el futuro del Club Marítimo del Molinar tras expirar su concesión

Los clubes náuticos de Baleares, “muy preocupados” por el futuro del Club Marítimo del Molinar tras expirar su concesión

Temen que el plan de reforma de impulsado el presidente de la APB, Juan Gual, suponga la desaparición de la entidad centenaria y piden al la presidenta Armengol que se comprometa públicamente a garantizar su supervivencia

La Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB), cuya junta directiva se reunió este mediodía en el Club Nàutic de Portocolom, expresó su profunda preocupación por el futuro del Club Marítimo Molinar de Levante (CMML), el más antiguo de Baleares, tras el precipitado inicio de las obras de reforma del puerto a instancias de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) y pide a la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, que se comprometa públicamente a garantizar su supervivencia.

 

El CMML tiene 101 años de historia, forma parte de la idiosincrasia del barrio de Es Molinar y es un bien patrimonial que debe ser protegido, algo que, a juicio de la ACNB, no se ha tenido en cuenta en el proyecto de la APB promovido por su presidente, Juan Gual de Torrella.

 

La opinión pública debe saber que el Club Marítimo Molinar dejó de ser oficialmente concesionario de sus instalaciones el pasado 16 de marzo y que para regresar al puerto que ocupa desde 1917 tendrá que enfrentarse a una competencia de proyectos a la que podrán concurrir sociedades mercantiles y otras empresas “disfrazadas” de clubes náuticos.

 

FUTURO INCIERTO

 

No es cierto, por tanto, que el proyecto impulsado por la APB con el asenso de los dos últimos alcaldes de Palma, José Hila y Antoni Noguera, y del la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, asegure la continuidad del club, cuya labor social y de fomento del deporte náutico ha sido muy destacada a lo largo de su historia. Una eventual desaparición del CMML supondría un fracaso sin precedentes de los responsables de la gestión portuaria.

 

En este sentido, han llamado poderosamente la atención de la ACNB unas recientes declaraciones de la presidenta Armengol en las que admite haber fracasado en la transferencia de los puertos deportivos, al tiempo que pone "en valor" la labor de la Autoridad Portuaria. Los clubes náuticos no entiende a qué "valor" puede referirse la presidenta del Govern cuando una entidad centenaria está al borde de la defunción y varios miles de socios de otrosa clubes náuticos cuyas concesiones no han sido renovadas temen por su futuro.

 

La ACNB, por otro lado, no entiende la urgencia de la Autoridad Portuaria de Baleares por iniciar unas obras que no podrán estar concluidas antes de las elecciones autonómicas del mes de mayo, salvo que la razón de esta premura sea utilizar la reforma del Molinar como una acción de propaganda de cara a esos mismos comicios.

 

En cuanto al propio plan de reforma del puerto de Es Molinar que ya está desarrollando la Autoridad Portuaria, la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares advierte de que se trata de un brindis al sol cuya sostenibilidad económica es más que dudosa desde el punto de vista de la gestión portuaria, al no contemplar un mayor número de amarres y prohibir la actividad de varada.

 

FINANCIACIÓN

 

“Si se cortan todas las vías de financiación, no hay posibilidad de que el club sobreviva dignamente”, asegura Miquel Suñer, presidente de la ACNB, quien teme que la gestión portuaria propia de un club devenga, como consecuencia del Plan Gual, en la “gestión de un restaurante”.

 

La solución técnica planteada por la APB tampoco convence a la Asociación de Clubes Náuticos, que lamenta el silencio político, vecinal y asociativo ante la próxima construcción de un gran dique sumergido de 57 metros frente a la bocana del puerto sin el Dictamen de Impacto Ambiental que la administración sí exigió al Club Marítimo cuando presentó su proyecto de ampliación. “Este dique costará mucho dinero público, supondrá un peligroso escollo para la navegación, tendrá un claro impacto ambiental y ni siquiera garantiza que mejore significativamente la agitación interior del puerto”, concluye Suñer.