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Fortuna: un 'fórmula 1' del mar que alcanza 130 km/h

El nuevo Fortuna fue utilizado por primera vez por la Familia Real española en el verano del 2000. La embarcación es todo un lujo y quienes la conocen no dudan en asegurar que se trata de uno de los yates más sofisticados de cuantos surcan las aguas baleares cada verano.

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Diseñado por la compañía norteamericana Donald L. Blount and Associated, para la construcción del Fortuna hicieron falta 19 meses. Un largo periodo de tiempo durante el cual las visitas de Don Juan Carlos y su hijo, el Príncipe de Asturias, a los Astilleros Bazán, en San Fernando (Cádiz), fueron habituales.

La factoría gaditana cerró a cal y canto las puertas del taller de lanchas rápidas, donde un grupo de ingenieros y técnicos preparaban el que sería el futuro yate de la Casa Real.

En realidad, la embarcación fue donada a Patrimonio Nacional, aunque en el documento de donación queda estipulado claramente que sus usuarios sólo podrán ser los miembros de la Casa Real. Una condición que se ha cumplido a rajatabla.

Casco de aluminio
Con 41,3 metros de eslora y 9,2 de manga, la embarcación es mucho mayor que los dos Fortunas anteriores. Su velocidad máxima es de 70 nudos, es decir, 130 kilómetros. El casco, de color gris y con dos rayas transversales azules, es de aluminio y ha sido diseñado para que la nave pueda navegar sin problemas cuando los motores se pongan a toda máquina.

El Fortuna, que capitanea el angloespañol Richard Cross, cuenta con tres cubiertas. En la superior, se sitúan el puente y las salas de mando. La segunda cubierta alberga el comedor, un salón y una cocina. La tercera y última está reservada para los camarotes de la Familia Real y cuenta, además, con dos aseos, tres compartimentos para la tripulación y otros tres destinados a los invitados.

La decoración interior del yate fue realizada por el italiano Celeste Dell'Ana. La historia del tercer Fortuna, por otro lado, es, cuando menos, curiosa.Casco de aluminio
Con 41,3 metros de eslora y 9,2 de manga, la embarcación es mucho mayor que los dos Fortunas anteriores. Su velocidad máxima es de 70 nudos, es decir, 130 kilómetros. El casco, de color gris y con dos rayas transversales azules, es de aluminio y ha sido diseñado para que la nave pueda navegar sin problemas cuando los motores se pongan a toda máquina.

El Fortuna, que capitanea el angloespañol Richard Cross, cuenta con tres cubiertas. En la superior, se sitúan el puente y las salas de mando. La segunda cubierta alberga el comedor, un salón y una cocina. La tercera y última está reservada para los camarotes de la Familia Real y cuenta, además, con dos aseos, tres compartimentos para la tripulación y otros tres destinados a los invitados.

La decoración interior del yate fue realizada por el italiano Celeste Dell'Ana. La historia del tercer Fortuna, por otro lado, es, cuando menos, curiosa.