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Trapsa Yates ha decidido romper su silencio

La empresa Trapsa Yates, una de las cuatro que se han presentado al concurso para la gestión de los amarres que actualmente usa el Club Marítimo de Mahón, ha decidido romper su silencio para defender lo que considera un derecho legítimo: que la convocatoria de Autoridad Portuaria de Balears siga su curso legal y culmine con la concesión de los amarres, tal y como se indica en el pliego de condiciones.

El consejero delegado de Trapsa, José Manuel Domínguez, convocó a los medios de comunicación para negar “de forma absoluta” las “mentiras, falsedades e insidias” que se han vertido contra la empresa que representa. En concreto, afirmó que “mienten sin pudor” –no especificó nombres– cuando dicen que Trapsa está realizando “maniobras especulativas” para hacerse con la futura gestión de Cala Figuera, que en todo caso deberá primero pasar por otro concurso público. Por ello, la empresa ha trasladado a sus servicios jurídicos las supuestas acusaciones que se han lanzado en su contra, para analizar si pueden ser objeto de denuncia por falsedad.
También añadió que quien afirme que si el Club Marítimo de Mahón no gana el concurso, esta entidad desaparecerá, está creando “alarmismo social y engañando a la sociedad y a las autoridades” e invitó a quien quiera a consultar su estado financiero en el Registro Mercantil, al que se remitió como prueba para convencerse de que la entidad mahonesa “no desaparecerá”.
Añadió que el CMM, a pesar de su situación económica, “no ha mejorado el puerto en estos últimos años, y no ha reinvertido su superávit en instalaciones portuarias”, lo que provoca “una imagen nefasta de la zona y de la ciudad de Maó”.
Náutica social
En otro orden de cosas, José Manuel Domínguez negó que si finalmente la concesión recae en Trapsa Yates, esta empresa no realizará actividades de náutica social. “Siguen engañando cuando afirman que no habrá actividades si no se da el concurso al Club Marítimo. La actividad náutico-deportiva está plenamente garantizada, ya que así lo especifica el pliego de condiciones de Autoridad Portuaria”. Añadió que Trapsa no sólo realizará estas actividades, sino que “las potenciará”. En este sentido, informó de que su compañía dispone ya de “embarcaciones y recursos humanos de primer orden” para garantizar las actividades en el ámbito náutico y deportivo”.
Sobre un supuesto acuerdo entre Trapsa y el Club Marítimo para acordar una posible cesión de amarres en favor de éste último, Domínguez expresó que la sociedad que él representa –que está compuesta por más de un centenar de firmas– no ha firmado nunca un acuerdo en este sentido, aunque no precisó si ha habido conversaciones en el pasado con el Club Marítimo.
Por último, José Manuel Domínguez afirmó que “Trapsa Yates sólo ha sido víctima de un pecado: el haberse presentado libremente a un concurso, convocado por Autoridad Portuaria de Balears”. A pesar de “los excesos verbales” que se han producido, si Trapsa fuera finalmente el adjudicatario de la gestión de los amarres, “no habrá ningún inconveniente en entablar conversaciones con el Club Marítimo para buscar un acuerdo de organizar regatas náutico-deportivas, pero sólo si ellos así lo quieren y lo desean”, indicó.
Precios sociales
José Manuel Domínguez expresó que en la propuesta de Trapsa Yates se recoge que para las embarcaciones con amarres de base en Maó se prevé establecer una tarifa social, siempre que las esloras no excedan los nueve metros.
<Con todo, consideró que “las cuatro empresas que nos hemos presentado a concurso hemos tenido la posibilidad de haber hecho la mejor oferta”. Pero también criticó que “ahora resulta que quienes no han presentado una oferta competitiva quie ren romper las reglas del juego”. “Estamos en un Estado de derecho –apuntó Domínguez–, por lo que no debe haber arbitrariedades en el proceso, para garantizar que exista una seguridad jurídica, que se rompería en el caso de que el concurso se declarara nulo”.