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Alinghi mantiene el control de la regata pese a la decisión del jurado

El BMW Oracle denuncia que los suizos tienen la potestad de parar la regata aduciendo razones de seguridad

BMW Oracle no ha quedado muy contento con la decisión del jurado sobre el rango de viento. Es muy sencillo. Aunque los jueces decidieron que no habrá máximos parámetros con el que parar la regata o no comenzarla, los americanos creen que el control sigue en manos de Alinghi, porque las salidas continúan bajo palio del club organizador de la regata: la Sociedad Náutica de Ginebra (SNG). La que parecía que era una decisión favorable a Oracle no ha sentado bien en el challenger porque ahora la SNG ha quedado liberada para parar la regata en el momento en que crean oportuno. Los jueces de la competición retiraron el máximo y dijeron que sería el comité de regatas el que decidiera. Y en este estamento gana por goleada el club suizo, es más los americanos no pintan absolutamente nada. Harold Bennet es el director de la regata, pero junto a él estarán en su barco hasta tres personas que dependen laboralmente de la SNG, por lo que es evidente que si hay que tirar en favor de alguien, será de Alinghi. La última palabra la tendrá el representante del club helvético y ese no es Bennet sino Fred Meyer, una persona que lleva más de dos años firmando los comunicados en contra del BMW Oracle que emite el departamento de comunicación de Alinghi. Bennet es un hombre ecuánime, los dos equipos ponderan su trabajo y su experiencia en esto de las regatas, pero desde Oracle, al dejarle las manos libres, se temen que sufra muchas presiones para que las decisiones sean tendentes a favorecer las voluntades del defensor. BMW Oracle cree que con vientos de más de diez nudos pueden ganar la Copa América. Alinghi no suelta prenda ni hace cábalas en público, pero es evidente que su catamarán es un barco que se siente cómodo con vientos ligeros, los que esperaban que hubieran en estas fechas en Ras al Jaima. Ahí explota al máximo sus cualidades. Oracle se teme que la potestad que tiene el comité de regatas de decidir la salida si considera que las condiciones son seguras para los contendientes, no les beneficie ya que la seguridad de los barcos es un tema que nada tiene de tangible y mucho de subjetividad y la subjetividad tira hacia el lado de los suizos. ¿Cuándo estos barcos son seguros? La respuesta más oportuna es: nunca. El otro día el Oracle partía una pieza de su ala cuando pasaba por el barco del comité con un viento de cuatro nudos, una nimiedad. Alinghi también ha roto piezas de su velero en condiciones de viento débil con lo que la seguridad nunca está garantizada. Bertarelli juega la baza de mostrar los peligros de estos barcos de más de sesenta metros de alto para justificar su apego por navegar con menos de quince nudos. Oracle relativiza mucho el tema de la peligrosidad y, uno no sabe si es casualidad, pero desde que están en Valencia ya no usan los cascos que llevaban en los entrenamientos de San Diego. Y el problema no es romper el barco sino la integridad de los tripulantes de los dos sindicatos. Un mástil de 60 metros es potencialmente un gran peligro. Un barco que navega a 30 nudos es, en sí, un verdadero desafío a la física. Los tripulantes, además, no es que naveguen a 30 nudos sino que en muchas ocasiones lo hacen a más de diez metros de altura sobre el mar. Pero romper es una palabra que no deja de sonar en la dársena. Hay todo tipo de apuestas y de cábalas y nadie descarta que esta regata se decida por una rotura. Recientemente en la base del BMW Oracle se hizo una reunión de empleados y salió para comentar en grupo cuáles eran las posibilidades que tenían de romper el barco. Pues bien: el más optimista cree las opciones de romper son del 30%. Ayer los dos equipos salieron a entrenar. Alinghi hizo una breve sesión de entrenamiento de menos de tres horas en el agua, mientras que Oracle salió antes por la mañana. Por primera vez Larry Ellison estuvo junto a sus regatistas en el agua aunque fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS apuntaron que el americano no se subió al barco sino que siguió el entreno desde una gomona de asistencia.Fuente J.Aiguadé. Las Provincias