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Jaime Arbones: “Lo que más me gusta es la velocidad, esto es adenalina pura, vas al límite”

Jaime Arbones: “Lo que más me gusta es la velocidad, esto es adenalina pura, vas al límite”

Jaime Arbones (Vigo, 24/04/1972) no es nuevo en esto de la vela. Con experiencia en Copa América y en Maxis de 80 pies, entre otras muchas cosas, a los 20 años hacía su primera vuelta al mundo, la Whitbread 1993-1994.

Ahora, 15 años después, ha regresado a la competición oceánica. Mucho más profesionalizada y llevada al límite, Arbones reflexiona acerca de los cambios que se han producido y la evolución de una competición que se ha adaptado a los nuevos tiempos…

Arbones es siempre una de las "piedras angulares" de un equipo. Su experiencia, su formación física y sus conocimientos le permiten ser un tripulante con capacidad para desarrollar muchas funciones a bordo de un barco de Vuelta al Mundo. Pese a que su puesto más conocido es el de proa –lo fue en las tres últimas ediciones de Copa América y en la Vuelta al Mundo de 1993–, Arbones tiene actualmente el cargo de Jefe de Guardia, es decir, es el responsable de la tripulación durante esa guardia, pero como él dice "en un barco de vuelta al mundo tienes que hacer desde la proa hasta ser caña durante una hora de tu guardia, lo mejor para el barco es la rotación de posiciones".

El vigués, establecido en Boston con su familia (Lucía, su mujer, y sus dos hijos, Hugo y Borja) hasta el próximo 16 de mayo cuando arranque la 7ª etapa de la Vuelta al Mundo que llevará a los barcos Telefónica de vuelta a Europa, respondió a unas preguntas en las que compara su anterior Vuelta al Mundo y la actual a bordo del "Telefónica negro".

- Primera pregunta, obligada, ¿cómo eran los barcos del la Whitbread de 1993 y los de la Volvo Ocean Race actual?
Los barcos no tienen nada que ver. Antes eran de 60 pies y ahora de 72 pies. Estaban construidos en Kevlar, eran muy blanditos, y ahora en carbono, son muy rígidos. Tenían quilla fija y lastre a base de agua que cogías y la metías en la banda cogiéndola con una bomba, un sistema muy básico, con llaves de paso. La velocidad punta que alcanzabas antes era 28 nudos y ahora en estos barcos vas a 28 nudos muchas veces y no hablo de velocidades punta… Son barcos mucho más rápidos, con más estabilidad, más plano vélico… Es a dónde va la vela al final: a barcos más rápidos. Aquel barco igual se ha quedado antiguo, igual que los Copa América. Ahora se va mucho más la límite de lo que se iba antes, en todos los aspectos.

- A la hora de preparar un proyecto, en su opinión, ¿han cambiado mucho las cosas en estos 15 años?
Los presupuestos son muy diferentes, de entrada en aquella época había mucho menos dinero y los equipos de tierra eran también superreducidos, recuerdo tres o cuatro personas, de las cuales una era una secretaria y había dos personas más que eran los que habían hecho el barco. Aquí hay sesenta y pico personas, aunque en nuestro caso son dos barcos. Aquello fue más un grupo de amigos que navegábamos y tuvimos la suerte de tener un patrocinador para hacer la regata. En cuanto a la preparación, se hizo la Vuelta a Europa, la Fastnet…

- ¿Sabía con 20 años realmente dónde se metía?
No. Realmente no lo sabes hasta que acabas, pero igual que aquí. Ahora más o menos estamos acabando, pero sin conocer bien el barco no sabes dónde estás metido.

- De proa en 1993 a jefe de guardia en 2008… ¿La responsabilidad pesa?
Yo intento llevarla muy conjuntamente con los compañeros, sobre todo preguntándoles su opinión. Puestos fastidiados son todos, y en este barco hay que ser muy polivalente, hay que ir cambiándose cada poco para refrescar porque si no pierde rendimiento el barco. Hay que ir rotando, por cansancio, por variar y por motivación.

- A la hora de alimentarse durante una etapa, ¿hay grandes diferencias en la comida?
El recuerdo que tengo de aquella comida es que era todo pasta, pasta y pasta. Me acuerdo de comer pasta y cenar pasta durante veinte y pico días seguidos… Era el mismo sistema de preparación e, igualmente, liofilizada. Ahora hay más variedad aunque no era mala la comida antes tampoco. Y por otro lado también hay platos que son los mismos, pero tampoco es que haya cambiado mucho la alimentación.

- ¿Y a nivel de inventario de velas?
Había un límite, no recuerdo cuál. Llevábamos a bordo una máquina de coser pero en tierra no teníamos velería propia sino que se subcontrataba. Por otro lado, las velas eran de paneles en vez de 3DL, y el resto, como el mantenimiento del barco, lo hacía la propia tripulación. La cabullería la hacía yo, otro se encargaba de los palos…

- Hablando de habitabilidad dentro del barco, ¿cuáles eran las principales diferencias?
Antes el barco era un poco más habitable. Teníamos un baño más confortable, la cocina tenía sus muebles en los que podías guardar cosas, había camping gas como ahora y también comías en el suelo pero te podías apoyar en la cocina, tenías tu estropajo abajo… Ahora, no… No hay esas comodidades.

- ¿Es por tanto la vida a bordo totalmente distinta también?
En esencia la vida a bordo es lo mismo pero ahora, quizás por la experiencia que tengo, me entero de muchas más cosas. Antes igual salías, le dabas al coffee, trimabas, hacías maniobra y te ibas a dormir, ahora te enteras de muchas más cosas: de estrategia, de qué sucede, del ámbito global del equipo… Que antes era un poco como si no existiese.

- ¿Iban todo el día con el arnés de seguridad antes al igual que ahora?
Sí, con el arnés. Quizás seamos aquí más cuidadosos, estamos muy concienciados y a la que el barco va a 18 nudos nos ponemos el arnés.

- ¿Qué me dice de la electrónica y meteorología a bordo?
Había fax bordo, así que imaginaros… Los partes de meteorología se bajaban por fax, tenías que interpretar un mapa dibujado. La tecnología de meteo ha cambiado muchísimo en 15 años.

- ¿Cada cuánto recibían informes de posiciones de toda la flota?
Cada seis horas y además se daban por radio unas posiciones también. Tenías más tiempo para jugar tu táctica. Aquí van los barcos más juntos porque cada tres horas sabes dónde están el resto pero también es cierto que en ese margen de tiempo te puedes ir para un lado fácilmente ya que los barcos son más rápidos, pero antes cada uno iba más a su táctica.

- ¿Qué es lo más difícil de la Vuelta al Mundo, en 1993 y en 2009?
Yo le llamo trituradora de carne al barco, pero no porque los barcos te consuman sino por la convivencia. Sin duda, ésa es la parte más difícil. Para hacer bien la regata y para que funcione bien el barco es muy importante. Obviamente mi visión por aquel entonces con 20 años y ahora con unos cuantos más es diferente pero la convivencia al final es lo mismo, seas joven o mayor, aunque ahora toleras menos cosas o nada.

- En 1993, ¿cuál era para usted uno de los grandes avances de los barcos?
Fíjate, yo veía como innovación lo de los tanques de agua, y ahora lo veo como lastrar más el barco, como un atraso.

- ¿Y ahora, en esta edición 2008-2009?
Para mí la jarcia de carbono, con mucho hilos pero de una sola madre. Y en este tipo de barcos por supuesto la quilla pivotante. El otro día incluso decía yo “no entiendo cómo se hacía la vuelta al mundo sin quillas pivotantes”, porque ahora lo veo un poco locura, muchísimo más lento. Y creo que debe seguir avanzado, hacia dónde ya no lo sé. Yo creo que la vela tiene que ser vela espectáculo, vela velocidad.

- Si volviese atrás en el tiempo, a 1993, la idea que tenía de evolución , ¿es la que se ha producido?
Lo de la quilla pivotante no estaba en la imaginación de nadie, yo no me lo imaginaba desde luego aunque quizás sí algún artista (risas)…

- ¿Cómo ve esta nueva proyección de españoles en la Vuelta al Mundo?
Yo creo que en España hay gente muy buena y se ha demostrado en un montón de proyectos con barcos españoles, tanto en Copa América como en Transpac 52, GP 42… También para hacer este tipo de regatas, con experiencia oceánica y sin ella pero que pueden adquirirla porque la tienen en barcos grandes. Creo que cuantos más nacionales seamos mejor.

- ¿Qué es lo que más odia de la Vuelta al Mundo?
Meterme en el saco con los pies mojados. Eso me fastidia muchísimo.

- ¿Y lo que más le gusta?
La velocidad, correr sin duda, es adrenalina pura y dura. Vas al límite.

- ¿Envejece una Vuelta al Mundo?
No, te hace más serio.

- ¿Se apunta a la siguiente?
Dejémoslo en "depende", como la canción…