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Soling E 16 Fortuna. De la mano de estudiantes de La Escuela de Navales de Madrid el “Fortuna” vuelve a navegar.

Soling  E 16 Fortuna. De la mano de estudiantes de La Escuela de Navales de Madrid  el “Fortuna” vuelve a navegar.

Estamos ante un barco histórico que ganaría el primer Campeonato de España de la Clase Olímpica Soling en el año 1973, patroneado por el entonces Príncipe de España más tarde Rey Juan Carlos I.

El barco fue construido en el astillero danés de Paul Elvtrom a finales de 1972 y traído a España el día de año nuevo de 1973 por Ramón Balcells Jr.

Por aquella época se estaba promocionando la flota de la nueva Clase Olímpica Soling que comenzó su andadora en Los Juegos de Múnich – Kiel 1972, con vistas a sustituir al Dragón.

Se elegiría la costa cantábrica como sede de la mencionada flota y se trajeron media docena de barcos, todos ellos Elvstrom, para armadores de Bilbao, Laredo, Santander y Palma de Mallorca.

El mencionado primer Campeonato de España fue ganado por el Príncipe Juan Carlos a la caña, su entrenador de Dragón para la anterior olimpiada Ib Andersen de medio y un jovencísimo Ramón Balcells Jr a la proa.

El Fortuna pasó a Santander donde regateó varias temporadas con Luisón Arrante a la caña, ganando algún Campeonato de España más.

También serviría como barco de iniciación en la escuela de vela local. Más tarde quedaría abandonado hasta que fue rescatado durante un breve lapso de Tiempo por “Pichu” Torcida con el que participaría en algunas regatas previas a Barcelona 92. Pasado este tiempo cayó en el más profundo abandono y la Federación Cántabra de Vela insistió en que me hiciera cargo de él.

Cuando se recogió en Santander se encontraba en un estado lastimoso, encaramando en la terraza del Museo Marítimo local que no tenía ni idea de la naturaleza e historia del barco, lleno de grafitis y mugre y sin rastro de su arboladura.

Su recuperación ha sido una labor compleja, larga y costosa, puesto que fue preciso modernizar toda la maniobra, recuperar la obra viva, muy deteriorada, restaurar la cubierta, conseguir mástil, botavara y tangón.

El barco es veloz y en el pantano, sin ola, puede defenderse de los más modernos, como lo ha demostrado en diferente ocasiones.

La creciente actividad de la clase Soling, con sede principal en aguas de R.C.N. de Madrid, está sacando de los hangares los barcos que antaño dieron lo mejor de sí, actualizando maniobra, velas y poniendo a punto casco y palos, son la plataforma para que nuevas generaciones sumen a la actividad de la Clase.

El RCN de Madrid pone a disposición de estudiantes de la Escuela de Navales esta embarcación, con el compromiso de la participación en las regatas del calendario anual y con la ayuda del resto de miembros de la clase, se le dota de velas y demás material necesario para que el “Fortuna” vuelva a estar en plena forma

J.L. de la Viña