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Europa discute un nuevo plan para la merluza

Mantener la biomasa de merluza del norte a un nivel que permita su explotación sostenible de acuerdo con el máximo rendimiento sostenible, con base en los dictámenes científicos, para lograr la estabilidad y rentabilidad del sector pesquero.

Estos son, según la Unión Europea, los objetivos del nuevo reglamento europeo que establece un plan a largo plazo de la gestión de la población de merluza del norte y las pesquerías que explotan dichos caladeros. Una normativa que han comenzado a debatir los grupos de Política Interior y Exterior de Pesca del Consejo de la UE.
Estas pretensiones se ajustan a los objetivos planteados por la Política Pesquera Común y el plan de aplicación de las decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en 2002 en Johannesburgo.

Entre los principales elementos nuevos que introduce el plan están la necesidad de reexaminar los objetivos -según los dictámenes científicos es conveniente concentrar los esfuerzos en lograr el índice de explotación óptimo que garantice el rendimiento sostenible más elevado que permitan las condiciones oceanográficas-, la adaptación del plan a las actuales condiciones económicas y sociales -el sector de la pesca se reestructura a raíz del aumento del precio de los combustibles en 2008 y a la baja rentabilidad-, la necesidad de reducir los descartes de merluza -la reducción del índice de mortalidad por pesca permite la acumulación en la población de peces más grande y de más edad, de modo que se captura un menor número de juveniles no comercializables como capturas accesorias inevitables- y las disposiciones sobre control que deben adaptarse a la nueva estructura y las nuevas disposiciones.

Antes de elaborar esta propuesta, la UE celebró diversas consultas con los Estados miembros y con representantes de los sectores interesados en los Consejos Consultivos Regionales (CCR). Entre las opciones presentadas a la industria para reducir la mortalidad por pesca, se planteó cómo mejorar el control y la observancia de las normas, el ritmo de reducción de la mortalidad por pesca, el cambio de los métodos de captura para evitar la captura de peces más pequeños -incluido el aumento del tamaño de malla en varias pesquerías-, la gestión de los caladeros con límites aplicables a los días de mar o los kilovatios por día además de los Totales Admisibles de Captura (TAC) y el desmantelamiento de buques.

El Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca advirtió a la UE de que se consiguen importantes beneficios a largo plazo si se sustituye el índice cautelar en materia de mortalidad por pesca del plan de recuperación por el índice asociado al rendimiento máximo. Sin embargo, esta reducción supone bajadas transitorias de las capturas durante la transición. Lo expertos también aseguran que la situación puede mejorar a través de un cambio de artes de pesca, para reducir las capturas de los peces más pequeños. Sin embargo, los miembros de los CCR rechazaron aumentar las mallas para la merluza.

Los Consejos también coincidieron en que es necesario reducir la mortalidad por pesca y el esfuerzo pesquero pero a través de ajustes estructurales de la capacidad pesquera y no a través de la gestión de los kilovatios por día o de las jornadas de faena. Además, rechazaron crear nuevas zonas de veda.
El reglamento entenderá como "nivel mínimo de la biomasa" reproductora las 100.000 toneladas y un "nivel cautelar de la biomasa" con 140.000 toneladas. Cuando la población de merluza esté por debajo de este nivel se considerará plan de recuperación y cuando lo supere será un plan de gestión.