Portada ›› Mar, Pesca, Sub y Ecología ›› Ecología y Mar ›› Velero cruza el Estrecho McClure, abierto por el deshielo Ártico. El Ártico se está derritiendo a un ritmo alarmante y es una prueba clara de nuestra falta de armonía con el planeta”,

Velero cruza el Estrecho McClure, abierto por el deshielo Ártico. El Ártico se está derritiendo a un ritmo alarmante y es una prueba clara de nuestra falta de armonía con el planeta”,

El gran derretimiento ártico permitió esta semana que una expedición a vela a bordo del Belzebub II, a la que llamaron “El Paso a través del hielo”, lograra pasar un cruce por el Estrecho de McClure en el Ártico, convirtiéndose en el primer velero en completar esta travesía.

El equipo formado por Edwin Buregren, Nicolás y Morgan Peissel, pasaron los últimos tres meses en un barco de vela de 31 pies viajando por el ártico de Groenlandia y Canadá, cruzando de este a oeste por el sendero norte que sólo algún barco o rompehielos transitara en el pasado.

"El Ártico se está derritiendo a un ritmo alarmante y es una prueba clara de nuestra falta de armonía con el planeta”, señala el último reporte del grupo, al referirse al nivel de deshielo que superó el 26 de agosto los niveles récord registrados en 2007, mientras aún no termina el verano.

El grupo informó continuará observando la capa polar que vive un descenso visto en los satélites desde 1979, en un seguimiento hacia el Estrecho de Bering, para seguir luego hacia el Pacífico y completar el pasaje por el norte.

Previo al Paso de McClure, la neblina y el frío hizo que los integrantes pasaran casi todo el día en los sacos de dormir.

Observando el paisaje, Edwin declaró que “nos damos cuenta de que el verano está llegando a su fin, y mientras estamos disfrutando de hermosos amaneceres brumosos estamos preocupados por la combinación de hielo y las oscuras noches”, afirmó el 28 de agosto.

Ese día, el trío debía esperar el informe del exterior, si la ruta estaba abierta para seguir navegando. Mientras tanto, describieron el tiempo reinante.

“Ayer por la noche el viento aumentó a alrededor de 30 nudos y estábamos luchando contra unos tres o cuatro metros las olas rompiendo a lo largo de la noche”, dice Edwin.

El sueco Edwin, conocedor del mar, explicó que trataban todo el tiempo de distinguir los bloques blancos de hielo. Pasaron la noche empapados y con frío, hasta que finalmente el viento se calmó y llegó la niebla para instalarse de nuevo, según describe.

El plan original citado por los aventureros era traspasar algún paso del noroeste nunca logrado a vela, tomando por arriba de la costa oeste de Groenlandia a la mayor latitud posible.

Por el Estrecho McClure

Después de dejar Groenlandia, el viaje pasó por el norte de la isla Devon a través del seno Jones.

El Belzebub II volvió al sur bordeando la Isla Devon y se fue por el canal Parry hacia el oeste hasta llegar a la zona llamada Wiscond Melville Sound, desde donde salen dos opciones: una por el Estrecho o Paso McClure por el norte de la Isla Bank, o por el oeste y sur de la misma, y llegar en ambos casos al Mar Beaufort.

Para traspasar el Paso McClure, entre la Isla Melville por el norte y la Isla Bank por el sur, debieron esperar que el informe satelital indicara que estaba abierto.

El estrecho recibe el nombre por el explorador irlandés Robert McClure que fue el primero en transitar esos sectores.

Entre 1940 y 1942, la nave canadiense ST Roch II a cargo de Henry Larsen hizo otro viaje histórico. Testigos del barco relataron que estaban aterrorizados pues antes de llegar al estrecho, durante los días de mal tiempo la proa del barco se sumergía bajo las gélidas aguas. En esa oportunidad Larsen describió: "Estábamos en aguas nunca antes navegabas por ningún barco", Después del paso ST Roch II debió pasar una fuerte tormenta en Tuktoyaktuk.

Ahora los navegantes Edwin, Nicolás y Morgan fueron los primeros en transitar en un velero y revelar el inminente cambio climático que vive el planeta. Un viaje de experiencias inolvidables que en superficie están retratadas en un cúmulo de fotografías (Ver imágenes).

Tras el viaje Edwin, Nicolás y Morgan esperan dejar un testimonio. “Al navegar esta ruta recién abierta, esperamos que nuestra expedición tendrá un pequeño papel en traer más atención al cambio climático y contribuir a un cambio más grande en las actitudes”, destacan.

“Nuestro enfoque para navegar a través de un tramo histórico de agua que tradicionalmente ha sido congelado está destinado a ser un claro ejemplo visual de la extensión del hielo polar en declive“, agrega el equipo.

Los tres navegantes

Edvin Buregren, originario de Varberg, señala que pasó casi 5 años reconstruyendo el velero Belzebub de un naufragio, “por un interés genuino en la ingeniería de la barca”.

“Mientras crecía en la costa oeste de Suecia, he pasado todos los veranos en la medida de lo que puedo recordar en botes y barcos”, destaca. Navegar por las costas de Suecia, el Mar Báltico y el Mar del Norte fue su entorno habitual.

Nicolás Peissel, es canadiense, cuenta que sus padres pasaron 10 años desarrollando un velero para vivir sus sueños. “He estado toda mi vida en barcos que navegan“.

Morgan Peissel nació en México. Tiene una continua experiencia en navegación surf, senderismo e ice climbing. Ha viajado por Tibet y Mustang y ahora comparte su trabajo en un Acuario y como asistente de producción en el cine.

Para realizar el viaje el grupo de navegantes debió reunir un equipo completo especial para esas latitudes y las inclemencias del tiempo, sin embargo, solo la experiencia les permitió seguir adelante.