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Cádiz, la provincia donde mueren más cetáceos

Ecologistas en Acción advierte de la amenaza que supone para las migraciones de especies marinas las técnicas de pesca no selectivas. Los ecologistas aseguran que el palangre y las redes de deriva son las causantes de que determinadas especies, como la tortuga laúd, vean peligrar su conservación.

Los voluntarios de la Red de Varamientos Delphis de Ecologistas en Acción-Cádiz y Submarinistas en Acción, han recogido este verano en el litoral andaluz decenas de casos de animales muertos o heridos por este motivo. La conclusión ha sido que Cádiz es la provincia andaluza con mayor número de varamientos. La afluencia de estas especies se debe a que las costas gaditanas constituyen una zona de paso en sus migraciones.

La franja del litoral que va de Zahara de los Atunes a Rota es la zona de Cádiz que más varamientos ha registrado este verano. La tortuga laúd ha sido una de las especies más afectadas por este problema. Ejemplares de gran tamaño han aparecido sin vida en toda la costa.

Las técnicas de pesca no selectivas son las causantes de la alta mortalidad de cetáceos y tortugas en Cádiz. Estas artes agresivas son en muchos casos ilegales, según los ecologistas, y esquilman tanto los recursos a los que van dirigidos como a otras especies que caen en ellas.

La red de enmalle que se deja a la deriva, también conocida como "bonitera", de unos dos kilómetros de longitud y que aprovecha los movimiento migratorios de estos túnidos entre agosto y octubre, es la técnica que más tortugas marinas está capturando, denuncia Ecologistas en Acción. Los ecologistas sostienen que los pescadores les cortan la cabeza y las aletas cuando caen en sus redes, con el objetivo de deshacerse de posibles evidencias de la captura. Estas prácticas quedan impunes a pesar de ser sancionables, protestan.

El palangre afecta fundamentalmente a cetáceos y tortugas. Varios delfines han aparecido también muertos en las playas con cabos de marrajeras enredados en las aletas, informan los ecologistas. En el caso de la tortuga boba, las necropsias han desvelado que los ejemplares tenían el tracto digestivo desgarrado por la ingesta de anzuelos.

Ecologistas en Acción apuesta por técnicas de pesca más selectivas, dispositivos ahuyentadores de cetáceos por ultrasonidos, anzuelos biodegradables y una vigilancia más estricta así como una mayor concienciación del sector pesquero hacia la protección de estas especies.