Portada ›› Náutica ›› Seguridad Naval-Naufragios ›› Peix Mar 30 - con base en Huelva- naufragó ayer a 30 millas de Dakar tras colisionar con el persquero gallego Río Huelva I, de Marín,

Peix Mar 30 - con base en Huelva- naufragó ayer a 30 millas de Dakar tras colisionar con el persquero gallego Río Huelva I, de Marín,

El buque arrastrero Peix Mar 30 - con base en Huelva- naufragó ayer a 30 millas de Dakar tras colisionar con el persquero gallego Río Huelva I, de Marín, aunque los tripulantes de ambas embarciones resultaron ilesos. "No hubo ningún percance personal aparte del siniestro material", indicó ayer el gerente de la Asociación de Armadores de Marín, Francisco Teijeira.

Según precisaron ayer fuentes de Salvamento Marítimo, el choque tuvo lugar antes de las 08.00 horas a unas 30 millas de Dakar, en la zona de asistencia y rescate perteneciente a Senegal.

Los 16 tripulantes del pesquero hundido fueron rescatados por el Río Huelva 1 y por otros dos buques que navegaban en la zona, el Peix Mar 31 y el Peix Mar 28, según detallaron fuentes de Salvamento Marítimo. De los 16, once están en el pesquero Peix Mar 31 y los otros cinco, en el Río Huelva I, y ambos barcos, según ha confirmado el armador del buque naufragado, se dirigen hacia Dakar.

El buque onubense hundido tenía sólo tres años de antigüedad y salió el pasado lunes hacia Mauritania, donde estaba previsto que iniciara la faena anoche. Fuentes de esta embarcación señalaron que el barco de Huelva "tenía todas las luces encendidas" en el momento del choque, por lo que se preguntan "qué ocurrió en el otro barco" ya que, según indicaron, "la embestida fue por un costado". Tras el impacto, según aclararon estas fuentes, "se abrió una vía de agua en la bodega e inmediatamente se establecieron todas las medidas para minimizar el riesgo, evitar la entrada de agua, evacuar la que entraba gracias a bombas de achique y se puso rumbo a Dakar". A la media hora de travesía, el agua impidió que siguiera funcionando la maquinaria del barco y, horas más tarde, se produjo su hundimiento.

Teijeira señaló que la nave gallega aguardaba al igual que el buque siniestrado a la apertura del caladero mauritano, sometido a un paro biológico entre mayo y junio. Dado el carácter periódico de estas vedas, a los buques que trabajan en aguas mauritanas no les compensa volver a sus puertos de base.