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España rechaza la propuesta europea de reducir las capturas de merluza

El nuevo plan europeo de gestión de la especie supone recortes de entre el 15 y el 25% en las cuotas de pesca mientras que los expertos españoles creen que no deben superar el 10%.

La delegación española que analiza el nuevo plan de gestión de la merluza del norte no comparte la propuesta de la CE sobre la fijación de los Totales Admisibles de Capturas (TAC) con una reducción del 25% en caso de que se recomienden capturas de merluza al nivel más bajo posible o del 15%, como mínimo, en el resto de los casos. Los expertos consideran que esta decisión llevaría a un colapso de la flota pesquera española que se dedica a esta pesquería. El planteamiento español propone recortes menores, no superiores al 10%.

Precisamente, tras las observaciones presentadas en el Grupo de Política Interior y Exterior de Pesca del consejo de abril, la delegación española ha formulado esta y otras observaciones a la propuesta de reglamento del consejo. Además, los representantes españoles mantienen una reserva de estudio del documento y consideran que el nuevo plan establece la necesidad de que al menos durante dos años consecutivos se alcancen valores de biomasa de reproductores de 150.000 toneladas para dar por finalizado el actual plan de recuperación. Según la información del Consejo Internacional de Exploración del Mar (CIEM) de 2008, estos valores todavía no se han alcanzado, por lo que resulta plenamente aplicable el plan de recuperación.

De acuerdo con lo publicado por el diario español La Opinión, los informes científicos consideran que la biomasa de reproductores de este stock sigue creciendo, por lo que la delegación española no considera oportuno aplicar medidas tan drásticas como las que recoge la propuesta de Bruselas para alcanzar el máximo rendimiento sostenible a largo plazo. Los expertos aseguran que medidas menos rigurosas y en un plazo mayor tendrían resultados similares desde el punto de vista biológico y el impacto socioeconómico sería menor.

Mientras, en lo que se refiere al control, el margen de tolerancia, la comunicación previa, el transbordo, la estiba separada y los puertos designados, España considera que deberían mantenerse como estaban en el reglamento de la CE 811/2004. "No parece apropiado que un plan de gestión a largo plazo prevea mayores exigencias de control que un plan de recuperación", señalan los representantes españoles.

España también ha pedido justificación a las modificaciones de las zonas incluidas en el reglamento -IIIb, c, d, y XII y XIV del CIEM-, y las estimaciones científicas utilizadas para su inclusión. Además realizó observaciones a la práctica reducción en tres años del TAC en un 32%, por su repercusión social y económica alertando, al mismo tiempo, de que los descartes no están incluidos en las evaluaciones de los científicos, por lo que se trata de un valor no contrastado y que "de ser tenido en cuenta podría modificar el actual sistema de evaluación de la pesquería de la merluza del norte". Hasta ahora el TAC del stock y su reparto en cuotas por Estado miembro responde a los valores de los desembarques y no de las capturas, por lo que si a partir de ahora cubre también los descartes, los valores del TAC deben elevarse respecto a los actuales. Según el razonamiento español, a mayores reducciones del TAC de merluza se van a producir mayores descartes porque la pesquería es mixta, se explota con otras especies.

Otra de las propuestas de España es mantener el umbral de dos toneladas de desembarques y no rebajarlo en una tonelada como prevé el reglamento de la CE.