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Bajo las aguas del río Tinto las claves de la vida en Marte

Juan Pérez Mercader, director del Centro de Astrobiología, coordina estos trabajos en los que participan expertos de la Agencia espacial estadounidense

La búsqueda de formas de vida exóticas que puedan vivir a unas docenas de metros bajo tierra, bajo las aguas del río Tinto, en la provincia de Huelva, es un objetivo prioritario para los investigadores de la Agencia espacial estadounidense (NASA) y del Centro de Astrobiología, que dirige el profesor Juan Pérez Mercader. Los trabajos de perforación se iniciarán el próximo mes de septiembre utilizando material convencional. Más adelante y cuando se haya terminado el diseño y construcción de elementos robóticos que se llevan a cabo en ese Centro, único en el mundo y que está situado en las proximidades de Madrid, se llevarán a cabo otras perforaciones.

Los científicos españoles y estadounidenses operarán un perforador robótico para la detección de vida e interpretarán los resultados vía satélite, para simular la operación de una misión en busca de vida en Marte. De esta forma podrán identificar no sólo formas de vida, sino también compuestos orgánicos y minerales.

Con el proyecto «Experimento Analógico de Investigación y Tecnología para Marte» los científicos esperan mostrar cómo se puede buscar vida debajo de la superficie del Planeta Rojo mediante sistemas robóticos. Las bacterias pueden vivir bajo la superficie, alimentándose de minerales derivados de las rocas y que contienen importantes cantidades de hierro y azufre en su composición.

Organismos similares se encuentran en el río Tinto, en Huelva, y según explica a ABC el profesor Juan Pérez Mercader, estos microbios pueden tener un papel en la producción de la acidez del río. Por ello, y en esto coincide con Carol Stoker, investigadora principal de este proyecto en el centro Ames de la NASA, «es un importante análogo para investigar la existencia de vida en agua líquida, a cierta profundidad bajo la superficie».

Reactor químico

«Este proyecto puede tener un gran impacto desde el punto de vista de la exploración planetaria y la tecnología, ya que el sistema de perforación y muchos instrumentos y equipos desarrollados específicamente para el proyecto van a ser probados fuera del laboratorio, en un ambiente no controlado en condiciones de alta temperatura, humedad, transporte, vibración», subraya Javier Gómez-Elvira, responsable del Departamento de Ingeniería del Centro de Astrobiología.

Los expertos recuerdan que la vida necesita agua líquida y una fuente de energía. En la Tierra, las formas más comunes de vida están en la superficie, donde la luz del Sol provee la energía, pero el agua líquida no existe en la superficie marciana. Se sospecha que en el Planeta Rojo hay grandes cantidades de agua bajo su superficie. Por esta razón se ensayarán diversos dispositivos en río Tinto.

En este sentido hay que resaltar que el río Tinto y su biología pueden ser el resultado de un reactor químico de base biológica, alimentado por organismos que no precisan oxígeno gaseoso para vivir.

Investigar si hay vida debajo de la superficie de otro planeta requerirá no sólo perforar el subsuelo, sino también extraer muestras y manipularlas, así como nuevas tecnologías que posibiliten la identificación de compuestos biomarcadores y buscar organismos vivos. Durante la campaña actual del río Tinto, el perforador y el sistema robótico traerán a la superficie columnas de rocas del subsuelo. Hay un conjunto de instrumentos científicos de operación remota que simulan los instrumentos de una misión a Marte para analizar muestras y buscar signos de vida o biomarcadores.

Entre ellos figura el «Detector de Signos de Vida», un ingenio derarrollado en el Centro de Astrobiología. Este instrumento puede detectar no sólo organismos enteros sino también macromoléculas u otros subproductos de la vida.

Este ambicioso proyecto surgió hace unos diez años cuando el profesor Ricardo Amils, catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, descubrió la rica biodiversidad del río Tinto.