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La amenaza del mejillón cebra obliga a controlar de nuevo los embalses del Júcar

El plan de vigilancia del Ministerio persigue la detección precoz para evitar el avance del dañino e invasor molusco

El temor a la expansión del mejillón cebra se mantiene en aguas de la Comunitat Valenciana. Evitar que la temida especie avance es de gran trascendencia para proteger el ecosistema, ya que el molusco es capaz de causar graves perjuicios a la flora y la fauna acuáticas, así como a las infraestructuras hidrológicas.
Para poner freno a un posible avance del molusco en aguas valencianas, el Ministerio de Medio Ambiente llevará a cabo una nueva campaña de detección de la presencia del mejillón cebra en los embalses de la cuenca del Júcar. Si se controla la presencia del bivalvo en aguas embalsadas se puede evitar que la especie alcance las corrientes de los ríos e incluso los humedales valencianos.
En el verano de 2007 ya se estudiaron los pantanos de la cuenca. En aquel momento la Confederación Hidrográfica del Júcar analizó la situación de los embalses y los informes dieron como resultado que la mayor concentración del molusco se había registrado en el embalse de Sitjar.
La principal fuente de preocupación estaba en el río Segura, donde se localizaron larvas del bivalvo hasta en 10 puntos distintos.
La situación obligó a adoptar medidas como la prohibición de trasladar en vivo a la Comunitat cualquier pez. También se vetó el uso de cualquier especie acuática viva como cebo de pesca.
Con anterioridad, en 2006, la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza, en la que están representados el Ministerio y las comunidades autónomas, acordó el diseño de un plan estratégico conjunto contra el mejillón cebra.
Ahora vuelve un nuevo plan de control impulsado desde el Ministerio, tal como se desprende del anuncio de contratación de servicios para la detección precoz del mejillón cebra publicado ayer en el BOE.
No obstante, desde la Conselleria de Medio Ambiente apuntaron que el departamento autonómico colabora en aspectos de información, así como en la adopción de medidas que estén en el ámbito de sus competencias. Entre ellas, las que hagan referencia a la pesca.
El origen
El mejillón cebra es originario de los mares Caspio y Negro. Se caracteriza por un marcado comportamiento invasor y viene expandiéndose desde hace más de dos siglos. En España se detectó por primera vez en la cuenca del Llobregat en los años ochenta, pero desapareció a causa de una fuerte crecida.
Su reaparición se registró en 2001, al observarse su presencia en el Ebro. Con posterioridad a 2005 se empezó a localizar en cuencas vecinas como las del Júcar y el Segura.
La base para frenar su expansión es controlar los medios de propagación. Habitualmente se traslada pegado al caso de las embarcaciones, tanto de pesca como las dedicadas a la navegación. También es frecuente que se extienda por el trasiego de material deportivo o con la introducción de especies piscícolas. Otro medio de expansión son las captaciones de agua para riego y abastecimiento o canalizaciones artificiales.