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Lo que cuesta ser piragüista

Están entre los deportistas gallegos que más alto han llegado, y, sin embargo, sufren para aparcar su utilitario junto al Centro de Tecnificación Deportiva, en Pontevedra, en el que entrenan una semana cada mes, y para llevar sus canoas al río Lérez deben esquivar el tráfico infernal de una de las arterias de la ciudad. Sobre el agua muy pocos, a veces ninguno, pueden discutirles su genio, pero son tan accesibles como el vecino de enfrente. Teresa Portela, Aique González y Jaime Acuña, tres campeones del mundo de piragüismo, se reunieron con La Voz de Galicia para hablar de cómo es el deporte que practican. El diagnóstico es bien contundente: el régimen de vida es estricto y duro, la recompensa económica llega para ir tirando, el reconocimiento público se reduce en ocasiones a algunas fotos con el político de turno y el final de trayecto es casi siempre ingrato. Pero remar, ganar remando en sus casos, engancha.