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Sumerios, egipcios, indios, esquimales ...

Sumerios, egipcios, indios, esquimales y otras civilizaciones han hecho de la piragua un medio de subsistencia y de transporte. Pero la primera noticia del piragüismo deportivo no aparece hasta 1864, año en que el escocés John McGregor cruzó los ríos de Gran Bretaña a bordo de un embarcación cuyos medios de propulsión eran la pala y la vela.

Lentamente, con el paso del tiempo, fueron haciéndose innovaciones y proto se descubrió que la velocidad estaba en proporción directa con la longitud de la eslora de la embarcación. Los primeros aficionados al piragüimo se lanzaron entonces a una loca carrera por alargar la eslora de sus piraguas hasta que la Internationale Repräsentantschaft für Kanusport (IRK) vino a poner orden por medio de una reglamentación. La IRK fue el primer organismo internacional en regular la normativa de este deporte. La IRK desapareció en 1946, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Entonces nació la ICF, máximo organismo de este duro pero apasinante deporte.

Hay que distinguir dos tipos de embarcaciones en piragüismo: kayaks o canoas. Los tripulantes de la primera navegan sentados, de cara a la dirección de su marcha y ayudándose con un remo de dos hojas. Por su parte, la canoa canadiense se caracteriza porque su tripulante navega de rodillas y se impulsa con un remo sencillo, con el que boga a uno y otro lado de la canoa.

En los kayaks los tripulantes pueden ser uno, dos o cuatro (K-1, K-2, K-4) y en las canoas los tripulantes son uno, dos o siete (C-1, C-2, C-7). También hay que tener en cuenta el lugar en donde evolucionan las piraguas. Pueden ser aguas tranquilas o embalsadas o aguas bravas, con corriente. Normalmente ese tipo de piragüismo con kayaks suele practicarse en tramos de ríos donde en agua suele bajar con considerable fuerza.

El deporte de la piragua se engloba, básicamente en tres especialidades, según el escenario elegido:

Aguas tranquilas. Las pruebas se practican en aguas estancadas y sin ningún tipo de corriente, donde los participantes deben poner a prueba su capacidad en conseguir la mayor velocidad posible. Los recorridos son tres: 500 m, 1000 m y 10000 m, siendo este último de fondo y los dos primeros de sprint o velocidad.

Se procura que la pista o canal esté resguardado del viento y debe estar dividida en calles o carriles con unas distancias mínimas exigidas para que los participantes puedan evolucionar con la suficiente holgura. En las pruebas de más de mil metros de distancia se admiten ciabogas o puntos de virada debidamente señalizados.

Río deportivo. En este escenario los recorridos son variables, encontrándose con accidentes naturales a lo largo del caudal.

Los competidores superan distancias que generalmente están por encima de los 10 kilómetros, luchando contra las corrientes y los obstáculos planteados.

En función de la dificultad del recorrido existe una clasificación: clase 1, clase 2, etc.

Aguas bravas. En aguas bravas o vivas, como también se las denomina, el piragüista debe tener un buen conocimiento de las peculiaridades del recorrido como pueden ser los saltos, rocas, remolinos, estrechamientos del cauce, etc. Del mismo modo, las piraguas de aguas bravas son diferentes a las de aguas tranquilas. Existen dos tipos de piraguas de aguas bravas: faltboot ("plegables") y las rígidas, que se distinguen por la inicial F o R, respectivamente.

También hay que saber reconocer las diferentes clases de aguas. Son cinco: en las del tipo I a III hay que correr a la máxima velocidad, ya que no presentan excesivos obstáculos. Por contra, en las del IV y V hay que remar con mucha precaución, pues encierran numerosas dificultades.

Los descensos tienen longitudes comprendidas entre los 4 y los 6 kilómetros, con obstáculos naturales, corrientes muy fuertes, y pasos que requieren mucha habilidad. Uno de los descensos más prestigiosos es el que se celebra en el río Sella, en un tramo de diecinueve kilómetros de longitud, que empezó a disputarse en 1930.

Pero la modalidad más espectacular y de mayor reputación dentro del piragüismo de aguas bravas es el slalom. Con una base casi idéntica al slalom del esquí alpino, el piragüista debe superar una serie de puertas en el orden y dirección establecidos. El color de cada puerta varía según esté situada contracorriente (color rojo) o en la misma dirección que ésta (verde). Se disputan pruebas individuales y por equipos en las que entran embarcaciones de las clases K-1, C-1 y C-2.