Laredo “Capital de la Costa Esmeralda”

Si hablamos de historia, nos remontamos a la concesión de Fuero en 1200, que la convierte en una de las Cuatro Villas Marineras consolidándose como uno de los puertos base del comercio con Europa. La actividad pesquera y mercantil desarrollada fue la razón de su crecimiento. Como puerto de Castilla es protagonista de las idas y venidas de los reyes castellanos, Isabel La Católica que despide a Juana La Loca, para desposarse con Felipe El Hermoso o de Carlos V, que arribó en 1556 para iniciar su viaje hacia el Monasterio de Yuste.
En 1629, la villa es nombrada capital del Corregimiento de las Cuatro Villas de la Costa de la Mar, lo que convierte en el concejo más importante y extenso del territorio. El saqueo en 1639 por la armada francesa y el colmatado por arena de su puerto, le impide competir con Santander por la capitalidad; consecuencia el que no se integrara inicialmente en la Provincia de Cantabria.
En la segunda mitad del s.XIX, la instalación de fábricas de conservas y el descubrimiento turístico del enclave pejino con más de cuatro kilómetros de fina y blanca arena de su playa Salvé provocan el despegue de la villa, la transforman en su aspecto físico y revitalizan su economía. En 1876, se publica la ‘Guía de los Baños de Mar en Laredo y se produce parte de su urbanización .
Actualmente, el turismo sigue siendo una de sus motores económicos. Hoy dispone de un puerto deportivo de los de mayor importancia y envergadura del Cantábrico.
Si hablamos de su riqueza natural, hablamos de sensaciones, del azul del Cantábrico, el verde de los montes y el Parque Natural de las Marismas asomandose al mirador del Alto de Laredo o al Parque de la Atalaya.
Su Puebla Vieja es Conjunto Monumental Histórico-Artístico: la Iglesia gótica de Santa María de la Asunción, el convento de San Francisco y la Iglesia de San Martín, íntimamente ligada a la Cofradía de Pescadores de San Martín, la más antigua de España. En la zona de los Ensanches, se ubican notables edificios de arquitectura civil como la Casa de las Cuatro Témporas, el Palacio de Carasa (actual Casa Consistorial) o la Casa de Cultura Doctor Velasco.
De gastronomía amplia y variada por la generosidad de esta tierra y la calidad de los productos que proporciona el Cantábrico. Pescados, mariscos, carnes y quesos, verduras y hortalizas amañados por una esmerada cocina. De la mar, las anchoas en aceite, la marmita de bonito, el arroz con bogavante, los jibiones en su tinta, parrillada de marisco. De la tierra, los respigos, el cocido montañés, ensaladas, cremas, tablas de quesos, carnes rojas, todo regado con el chacolí de la tierra, el cultivado entre la Villa y Liendo… sin olvidarnos de los “Caprichos del Emperador”. Un dulce llamado a convertirse en el souvenir más goloso de Laredo.
También el “Ir de vinos” forma parte del vivir en Laredo, la Ruamayor, la conocida como “Calle de los Vinos hasta llegar al Puntal, conforman un amplio abanico de posibilidades para la diversión y el ocio diurno y nocturno:
Disfruta de Laredo.