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OCEANA LLEVA LA DESTRUCCIÓN DE LA POSIDONIA EN FORMENTERA AL PARLAMENTO EUROPEO

El eurodiputado Raül Romeva ha presentado una pregunta parlamentaria al Comisario de Medio Ambiente, que deberá responder a principios de diciembre
Romeva solicita iniciativas que garanticen el cumplimiento en España de la Directiva Hábitats y reclama medidas de compensación para las zonas dañadas, que se estiman en 19.000 dólares por hectárea

El eurodiputado Raül Romeva ha elevado una pregunta al Parlamento Europeo tras la denuncia de Oceana sobre la destrucción de praderas de Posidonia oceanica este verano en Ses Salinas d’Eivissa i Formentera, un entorno declarado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). La pregunta parlamentaria inquiere sobre las acciones que van a emprenderse para hacer frente a estos hechos, incluyendo medidas compensatorias de carácter económico.

 

Oceana fue alertada en agosto sobre la destrucción de praderas submarinas por fondeos irregulares, hechos de los que ya se ha informado en diferentes ocasiones, y documentó los daños originados por un anclaje masivo e incontrolado de embarcaciones de recreo.

 

Posteriormente, la organización internacional de conservación marina se ha puesto en contacto con el Gobierno central, el Govern balear, la UNESCO y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y ha presentado una queja formal ante la Comisión Europea por incumplimiento de la normativa comunitaria. Ayer se difundió la pregunta parlamentaria realizada por Romeva, del grupo Verts/ALE, que requiere de una respuesta escrita del Comisario de Medio Ambiente, Janez Potočnik, no más tarde de principios de diciembre.


La Posidonia oceanica forma praderas que constituyen un hábitat prioritario contemplado en la Directiva Hábitats (92/43/EEC) y, al tratarse de una planta endémica del Mediterráneo, está reconocida por las Naciones Unidas en el marco mediterráneo como un ecosistema amenazado. Además, el Convenio de Berna la considera especie estrictamente protegida y establece la prohibición de cortar o desarraigar de forma intencionada estas plantas.

 

Pero no sólo medidas internacionales avalan la conservación de este tipo de hábitats, ya que también queda recogido en la normativa nacional bajo la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, y autonómica bajo la figura de Parque Natural desde el año 2001 (Llei 17/2001 de protecció ambiental de Ses Salines d’Eivissa i Formentera).

En el Mar Balear se encuentran las praderas de Posidonia más extensas y mejor conservadas del litoral español y, de hecho, su importancia ha sido motivo de declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el resto del país, gran parte de las praderas han desaparecido por diferentes motivos como la contaminación, la urbanización de la costa, la introducción de especies exóticas o los vertidos que aumentan la turbidez del agua.

 

En este sentido, Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa explica: “Las praderas de Posidonia constituyen uno de los valores naturales más representativos del mar Balear y han sido incluidas junto con otros espacios protegidos europeos en la red Natura 2000. Por esta razón, las autoridades competentes tienen el deber de hacer cumplir la normativa autonómica, nacional y europea al respecto y vigilar que los valores naturales que llevaron a la declaración de tal espacio no queden mermados o dañados”.

 

Su conservación no sólo se trata de un imperativo legal; también se ha estimado que los bienes y servicios que prestan las praderas de fanerógamas generan un valor de más de 19.000 dólares por hectárea y año, por lo que se considera que deberían establecerse una serie de medidas compensatorias a la pérdida económica que supone su deterioro o destrucción. Este aspecto también se plantea en la pregunta parlamentaria.

 

“La Red Natura 2000 en el medio marino ha sido declarada insuficiente en las evaluaciones que ha llevado a cabo la Comisión Europea”, explica Pastor. “Por ello, tiene vital importancia conservar estos tesoros submarinos que además son zonas altamente productivas y que proporcionan muchos bienes y servicios a la comunidad balear y significan un valor añadido para la imagen de calidad de las Illes Balears”.

 

La relevancia de estas praderas principalmente radica en que albergan una elevada biodiversidad, ya que proporcionan el hábitat a multitud de especies marinas, estabilizan el sustrato contrarrestando la erosión de la costa y además son responsables de una elevada producción de oxígeno y materia orgánica, al tiempo que constituyen un importante sumidero de CO2.