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Historias de salmones

Las diferencias de peso entre los dos grandes ejemplares pescados en el Narcea responden a la distinta duración de su fase de desarrollo marino

Los dos grandes salmones del Narcea que esta temporada han entrado en las estadísticas de la pesca deportiva como el segundo y el tercero de mayor tamaño capturados en Asturias (el primero fue un ejemplar de 16,1 kilos pescado también en este río, el 20 de marzo de 1962) ya tienen una historia.

La datación de edad practicada a ambos peces ha determinado que el salmón que sacó Cecilio Ardura el pasado 4 de abril en la zona libre de El Viso, con un peso de 14,650 kilos y una longitud de 106 centímetros, era un ejemplar de quinto año (nacido en 1998 del desove de 1997), con un buen crecimiento en el primer año (fase fluvial) y cuatro inviernos de mar (desde el esguinado, en 1999, hasta 2002). El otro, pescado el 29 de marzo en el coto Juan Castaño por José Antonio Lillo, con una longitud ligeramente superior, de 108 centímetros, y un peso más bajo, de 13,400 kilos, era un individuo más joven, de cuarto año (nacido en 1999), que, al igual que el anterior, tuvo un buen desarrollo en el río, pero, a diferencia de aquél, sólo pasó dos inviernos en el mar. Esa estancia más corta en el océano explicaría su menor robustez. Dicha hipótesis encuentra un apoyo en estudios realizados con salmones de las cuencas del Esva y del Narcea, según los cuales los peces que permanecen dos inviernos en el mar crecen más durante el primero de ellos que los retornados a la primavera siguiente. Otro proyecto científico llevado a cabo entre 1988 y 1991 en el río Narcea ha permitido establecer que las hembras de dos inviernos marinos ponen casi el doble de huevos, de promedio, que las de uno. Parece existir, por tanto, una correlación positiva entre la duración de la estancia en el mar y el peso de los peces y su calidad como reproductores.

La historia de estos dos grandes salmones atlánticos aporta datos a la compleja biología de su especie, cuyas poblaciones asturianas viven un buen momento, con gran cantidad de esguines en los ríos, según informes de la Consejería de Medio Ambiente. Una de las peculiaridades más notables de este pez es, precisamente, su estilo de vida, a caballo entre los ríos y el mar, que requiere un cambio fisiológico encuadrado en su etapa de crecimiento. En eso consiste el esguinado: un reajuste de los procesos de osmorregulación que va a permitir al animal, nacido y crecido en aguas dulces de gran pureza, adaptarse a la concentración salina del agua de mar. Es un momento crítico, porque de él va a depender en gran medida la supervivencia de los salmones durante su etapa en el océano. Asociadas a ese cambio fisiológico se producen variaciones en su aspecto y en su comportamiento. El esguinado se verifica sólo durante unas pocas semanas de la primavera y, al igual que las pautas generales de desarrollo de la especie, sigue un ritmo diferente en cada río, establecido por la temperatura, por el caudal y por el grado de insolación.

Antes y después del esguinado, el salmón pasa por una serie de fases que pueden concretarse acudiendo a la rica terminología generada por la tradición de la pesca de esta especie: nace como «jarabugo» en el invierno, al final del verano se convierte en «pinto» y pasa a ser «esguín» cuando su organismo se prepara para la vida marina, lo cual puede ocurrir al final de su primer verano o al verano siguiente. En uno y otro casos, su destino es el estrecho de Davis, entre Groenlandia y las costas de Canadá. Al cabo de uno, dos, tres o más años en el mar (la fase de crecimiento marino varía, según parece en relación con el tamaño de esguinado e influida por las circunstancias ambientales en el océano), retornan a sus ríos de origen, que reconocen mediante estímulos químicos (todos los cursos fluviales tienen una composición peculiar, única, como una huella digital). Entonces, se distinguen entre ellos «vernales» (de entrada invernal y más de dos inviernos de mar), «abrileños» y «mayucos» (uno y dos inviernos de mar), y «serondos», añales que entran en el verano.