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La pesca abusiva está terminando con el Atún Rojo

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de los Océanos, Greenpeace demanda al Gobierno español mayor control en las pesquerías del Atún Rojo en el Mediterráneo, cuya población adulta ha disminuido en un 80% en tan solo 20 años.

Greenpeace solicita al gobierno que establezca un régimen de gestión y conservación estricto de la pesquería del Atún Rojo en el Mediterráneo basado en el principio de precaución, ya que los actuales niveles de captura son insostenibles para la viabilidad y recuperación de la población de esta codiciada especie.

Las pesquerías de Atún Rojo en el Mediterráneo se caracterizan por una gran variedad de tipos de barcos y de artes de pesca, con puntos de desembarque en muchos países, lo que dificulta la obtención de estadísticas fiables sobre las descargas reales, según reconoce la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Rojo (ICCAT). Asimismo, este organismo sospecha que se capturan, pero no se comunican, grandes cantidades de peces inmaduros.

En los últimos 20 años la población adulta de Atún Rojo ha disminuido en un 80%. A pesar de que los informes científicos siguen siendo muy pesimistas, los países prosiguen adoptando capturas por encima de las recomendadas.

Según los datos a los que ha tenido acceso Greenpeace, las capturas totales declaradas en el Atlántico este y el Mediterráneo durante 1.999 alcanzaron las 31.487 toneladas, cantidad inferior a la de 1.998, donde se declararon 35.864 toneladas. El propio ICCAT considera que la cifra correspondiente a la captura de 1.999 está subestimada y que en realidad cada vez es mayor el número de capturas no comunicadas.

"Greenpeace ha solicitado en reiteradas ocasiones al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que aumente, de forma exhaustiva, los controles y la inspección dentro de la Zona de Protección Pesquera (ZPP) en el Mediterráneo, como medida fundamental para garantizar la conservación del Atún Rojo" ha declarado Mª José Caballero, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace. "Las actuales condiciones de sobreexplotación y la falta de datos fiables están hipotecando el futuro de esta pesquería" añade Caballero.

Otro aspecto que preocupa a la organización ecologista es la gran incertidumbre referente a la información sobre las operaciones de engorde de peces en jaulas ubicadas en el mar y su relación con las estadísticas nacionales que son comunicadas al ICCAT.

Resulta preocupante el hecho de que continúe la práctica de actividades de pesca ilegal, no documentada y no reglamentada, por parte de buques palangreros, incluso durante la veda del Mediterráneo. Tampoco existen garantías de que se esté cumpliendo la normativa comunitaria referente a la prohibición de emplear aviones o helicópteros que ayuden en las operaciones de pesca en el Mediterráneo durante todo el mes de junio.

A pesar de las medidas adoptadas en el pasado, este codiciado túnido sigue pescándose de forma abusiva en el Mediterráneo. Según Mª José Caballero "la industrialización y modernización de las distintas flotas, combinado con las actividades ilegales de las flotas piratas, han llevado a un incremento del esfuerzo pesquero que ha puesto en peligro la subsistencia de la pesquería de Atún Rojo. Al mismo tiempo la flota artesanal sigue siendo pasto de los intereses de una flota industrial sobredimensionada"