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Alex Graneri: “¿París? Hay que soñar en grande y Marcus fue oro en Río con 21 años”

Alex Graneri: “¿París? Hay que soñar en grande y Marcus fue oro en Río con 21 años”

Madrid, 27 diciembre de 2021.- Alex Graneri (Mallorca, 2003) disfruta de las fiestas navideñas a caballo entre Madrid y La Rioja, de donde son originarios sus progenitores, con el dulce regusto del deber más que cumplido. El joven palista del Real Club Náutico de Palma (RCNP), estrella indiscutible del Mundial júnior de Montemor con sus oros en K-1 500 y K-1 1000 metros, reafirmó en tierras portuguesas su ingente potencial y su condición de abanderado de la excelente camada de ‘millennials’ que viene pisando fuerte.

Con el término sacrificio grabado a sangre y fuego en su privilegiada cabeza, el audaz palista balear tiene ya metido el nombre de la capital francesa entre ceja y ceja. Porque para Graneri no hay más límite que el cielo.

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  • Alex, explícanos: ¿cómo se puede tirar la puerta abajo en este deporte con apenas 18 años?

Todo lo que he conseguido es, al final, el fruto de los dos años tan duros de trabajo que he pasado en Trasona. El primero no se pudo remar por causa de la COVID, pero ya el segundo sí, y tenía los objetivos muy muy claros desde el primer momento. Luego, dando el 100% en cada entrenamiento para intentar cumplirlos.

  • Dos oros mundiales y un subcampeonato europeo; campeón nacional juvenil en K-1 500, 1.000, 5.000; y en K-4 500. No es poca cosa.

La verdad es que ha sido un año buenísimo en el que he podido recoger el fruto a tanto trabajo y sufrimiento. Cumplir esos objetivos tan buenos no es algo que esté presente en tu cabeza. De hecho a veces parece que va a ser imposible cumplirlos, pero se ve que con sacrificio y trabajo muy duro se pueden conseguir.

  • Por la autoridad con la que batiste a tus rivales en el Mundial, pareciera que lo que hiciste en Portugal fue la mar de sencillo…

Lo que pasa es que al Europeo de Poznan no llegué al 100% a causa de una lesión en el pectoral. Aun así conseguí hacer unos buenos resultados y eso me permitió afrontar el Mundial con los objetivos muy claros. Sabía que tenía que batir al palista húngaro (Levente Kurucz) que me ganó en las dos distancias en Polonia, así que fueron tres meses muy duros de preparación que me permitieron llegar a Montemor con la confianza de haber hecho el trabajo que debía. Estaba súper satisfecho y el resultado me daba un poco igual. No voy a negar que un buen resultado, como el que se dio, hace que todo sepa mejor, pero yo estaba muy contento con todo lo que había hecho en Trasona.

  • ¿Cuán duro y sacrificado es preparar al alimón dos pruebas de estas características?

Pues bastante porque son muy distintas: el mil es mucho fondo, y luego el 500 es como un 200 muy largo. Es complicado, sin duda. En este caso el que más se tuvo que comer la cabeza fue mi entrenador. Yo seguí todas sus consignas y en todos los entrenos, si hacía dos series de 1.000 metros, hacía cuatro de 500. Sí que había luego entrenamientos específicos en cada distancia, pero casi todo el tiempo fue así, combinando las dos.

  • Para quien no te conozca, ¿qué tipo de palista es Alex y quién es tu referente?

Soy una persona con la cabeza bien amueblada y los objetivos muy claros. No creo que haya que tener unas características específicas, aunque en mi caso el físico me ayuda porque tengo una gran envergadura, pero todo pasa por el sacrificio en el trabajo, tener muy claros los objetivos que quieras alcanzar, luchar por ellos y entrenar todos los días por encima de tus posibilidades porque en la competición vas a tener que dar un rendimiento superior al 100%. En cuanto a mis referentes, me he fijado mucho estos dos años en Marcus Cooper, Saúl, Germade y Arévalo. Creo que ellos cuatro lo son de todo el piragüismo español. Los he visto sufrir en cada entrenamiento para ir a los Juegos y me decía que tenía que sufrir como ellos para lograr mis metas.

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  • ¿Cómo son ellos cuatro en el día a día?

Son muy majos todos, muy bromistas. Pero cuando toca entrenar, toca trabajar. Se meten a saco con eso y nadie les saca de ahí. Son súper duros entrenando, muy exigentes consigo mismos.

  • ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

Cuando me lesioné del pectoral me dijeron que tuviera paciencia, que al final todo llega y que lo más importante es tener la cabeza centrada, estar tranquilo y luchar cada día por alcanzar mis objetivos.

  • Te acabas de mudar de Trasona a Sevilla, donde entrenas con la selección Sub23. ¿Qué objetivo persigues con este cambio de sede?

En esencia seguir mejorando como deportista. Sigo el ciclo marcado por la Federación Española. Me llamaron después del Mundial para comentarme el cambio de sede que habían pensado para mí, y lo cierto es que estoy muy contento por el cambio de aires porque en Asturias estábamos un poco aislados. Creo que me ha venido bien. Al final, si no estás cómodo fuera del agua, entrenando tampoco lo vas a estar.

  • Si tuvieras que destacar un aspecto de tu deporte, ¿cuál sería?

Creo que el sacrificio. Te tiene que gustar mucho porque sino, lo acabas dejando. En verano es muy bonito, con el sol y todo eso; pero luego llega el invierno y ahí se ve a quién le gusta esto de verdad. Llega el frío y tener que bajar al agua con cero grados no le gusta a todo el mundo. Como cualquier deporte, si te quieres dedicar a ello y llegar a la élite es súper sacrificado. Tienes que emplearte a fondo día a día y pelear por tus metas.

  • Aunque eres todavía muy joven, ¿tienes París en el punto de mira o eso son palabras mayores?

Siempre hay que soñar a lo grande porque si no, te quedas estancado. Así que puedo decir que para mí sí que es un objetivo llegar a París. En esto tengo el ejemplo de Marcus, que fue campeón olímpico en Río con 21 años. Está claro que no es nada fácil llegar a ese objetivo, pero tampoco lo veo imposible.