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El Spirit of Hungary cierra la Barcelona World Race 2014-2015 con una emotiva llegada nocturna

El Spirit of Hungary cierra la Barcelona World Race 2014-2015 con una emotiva llegada nocturna
  • Nandor Fa y Conrad Colman han cruzado la línea de llegada a las 00:59h, completando la vuelta al mundo en 110 días, 10 horas, 59 minutos y 40 segundos
  • El Spirit of Hungary logra terminar una vuelta al mundo dura con tintes épicos y se convierte en el séptimo y último barco que consigue acabar la Barcelona World Race, de los ocho IMOCA 60 que tomaron la salida

Nandor Fa (HUN) y Conrad Colman (NZL), a bordo del Spirit of Hungary, han terminado la Barcelona World Race en séptima posición y han dado por concluida la tercera edición de la vuelta al mundo a dos. Fa y Colman han cruzado la línea de llegada hoy, martes 21 de abril, a las 00:59h y 40 segundos, hora local.

El Spirit of Hungary ha cubierto las 23.321 millas (43.191,9 kilómetros) del recorrido teórico en 110 días, 10 horas, 59 minutos y 40 segundos. La distancia real que han recorrido Fa y Colman ha sido de 27.575,28 millas, a una media de 10,40 nudos (16,73 km/h).

Fa y Colman han llegado a Barcelona 26 días, 5 horas, 9 minutos y 15 segundos después del barco vencedor, el Cheminées Poujoulat de Bernard Stamm (Suiza) y Jean Le Cam (Francia), que llegó el 25 de marzo, a las 18:50h y 25 segundos, hora local.

Con esta llegada, la tercera edición de la Barcelona World Race llega a su fin. De los ocho barcos participantes sólo se tuvo que retirar el Hugo Boss de Alex Thomson y Pepe Ribes, cuando rompió el mástil en los primeros compases del Atlántico Sur. Con ocho barcos inscritos y siete finalizando la regata, ésta ha sido la edición con el menor índice de retirados en la historia de la Barcelona World Race.

Espíritu de superación

Fa, de 61 años y una leyenda en Hungría, es el navegante más veterano de la flota y entre sus hazañas cuenta con haber sido el primer navegante no francés en completar una Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario. Suma, con ésta, tres circunnavegaciones en regata. Tras 17 años retirado de la vela oceánica, el experimentado regatista húngaro diseñó y participó en la construcción del IMOCA 60 Spirit of Hungary con la intención de completar la vuelta al mundo a dos antes de lanzarse, una vez más, a participar en la Vendée Globe.

Colman, de 31 años y con doble nacionalidad (neoze landesa y norteamericana), se unió al proyecto de Fa a poco más de un mes de la salida. Con una prometedora carrera en el mundo de la vela oceánica, fue el ganador de la Global Ocean Race de 2011-2012, vuelta al mundo por etapas.

Desde el primer momento las dificultades y los contratiempos se han sucedido a bordo del Spirit of Hungary, pero Fa y Colman siempre los han superado con esfuerzo y tesón. La regata se inició para ellos con una configuración equivocada de velas tras la salida de Barcelona, lo que les llevó a perder comba del resto de la flota y quedar atrapados en el Mediterráneo durante seis días. Y a partir de allí, las condiciones meteorológicas han sido, durante casi todo el recorrido, las menos favorables para ellos. En más de una ocasión Fa y Colman han asegurado sentirse navegando en una regata diferente, meteorológicamente hablando, a la del resto de la flota. Aún así, lograron sacarle el mayor rendimiento a su nuevo IMOCA 60, un barco p rácticamente en desarrollo, recorriendo 417 millas en 24 horas en su entrada en el océano Índico.

Nandor Fa sufrió un fuerte golpe subido al palo en mitad del Gran Sur. El resultado: Colman tuvo que coserle la herida; cuatro puntos. Y el neozelandés, en un pantocazo, perdió el apoyo y cayó dislocándose el hombro izquierdo en plena remontada del océano Atlántico.

Entre medias, el Spirit of Hungary tuvo que realizar una parada técnica, de 36 horas, en Bluff (Nueva Zelanda) para arreglar, entre otros, problemas con la vela mayor, que estaba atascada y les impedía tomar o quitar rizos. De camino a Nueva Zelanda descubrieron una avería en los tornillos de sujeción de la quilla, problema que se ha reproducido en el Atlántico, por lo que han navegado en modo conservador durante los últimos compases de la vuelta al mundo. Con todo, el espíritu a bordo siempre ha sido alto y la intención clara: terminar la regata.