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El Wild Oats XI remontaba victorioso el Derwent River esta mañana para batir al Skandia por una hora y siete minutos

El Wild Oats XI remontaba victorioso el Derwent River esta mañana para batir al Skandia por una hora y siete minutos

El Wild Oats XI remontaba victorioso el Derwent River esta mañana para batir al Skandia por una hora y siete minutos, anotando la que ya es su cuarta victoria consecutiva en tiempo real en la Rolex Sydney Hobart, prueba en la que permanece imbatido desde su primera participación. El Super Maxi de Bob Oatley lograba este trabajado triunfo después de una de las mejores batallas tácticas que se recuerdan en los 64 años de historia de la regata.

El viento ligero que sopló frente a las costas de Tasmania durante las últimas 18 horas de regata arrebataron al Wild Oats XI las opciones de batir el récord de la prueba, establecido por él mismo en 2005 con un registro de un día, 18 horas, 40 minutos y 10 segundos. No obstante, esta caída del viento permitía a los de Mark Richards hacer buen uso de su muestrario de inmensas velas de proa para dar caza y rebasar al Skandia, que había permanecido en cabeza durante las 22 horas previas.

Ambos Super Maxi han sido construidos para cumplir el máximo de 30 metros de eslora que admiten las normas de la Rolex Sydney Hobart, con quilla pivotante y dos hidráulicos. Pero el diseño Don Jones de Grant Warrington -Victoria, Australia- cuenta con cuatro años de antigüedad más que el Reichel/Pugh de Bob Oatley -Sidney, Australia-.

Wharington decidió competir con menos velas de proa y menor tripulación -18 tripulantes por 24 del Wild Oats XI- con el objetivo de reducir el peso a bordo. En las condiciones de empopada con buena presión que se dieron tras la salida, el Skandia resultó más rápido que su rival navegando con spinnakers asimétricos. Durante la primera noche, una combinación de buena táctica y la ayuda de corriente a favor, colocaron al Skandia al frente de la regata, posición que logró mantener en el cruce del temido Estrecho de Bass.

Pero el sueño no duraría para el equipo de Wharington. La caída del viento en la aproximación a la costa de Tasmania ralentizaba a última hora de ayer la marcha de ambos barcos, y a partir de ese momento el Wild Oats XI supo sacar provecho de sus velas específicamente diseñadas para esas condiciones. El barco de Oatley fue el primero en recibir una ligera brisa del Noroeste que le permitió avanzar con 7,5 nudos de velocidad frente a los 2,5 del Skandia. En las horas siguientes, el Wild Oats XI lograba superar a su rival y ampliar su ventaja hasta las 14,6 millas mientras rodeaba la isla de Tasmania, a 41 millas de la llegada. Desde ese momento, el barco patroneado por Mark Richards optaba por una estrategia conservadora, finalizando con dos rizos en su mayor en los 28 nudos de viento que soplaban en el último tramo por el Derwent River.

Iain Murray, táctico y caña a bordo del Wild Oats XI, informaba que el barco había tenido que parar para liberar a un tiburón de unos dos metros de longitud atrapado entre sus timones a primera hora de la noche del sábado. Este percance explica la ralentización en el ritmo del Super Maxi.

Las tripulaciones del Skandia y el Wild Oats XI coincidían una vez llegados a tierra en afirmar que esta ha sido la competición de mayor calidad que han experimentado a bordo de un Super Maxi. "Ha sido realmente genial poder competir tan juntos", comentaba Wharington. "Tácticamente realizamos una magnífica regata, la tripulación hizo un estupendo trabajo y no creo que hubiéramos hecho nada diferente a como lo hicimos. Hemos visto que fuímos más rápidos que ellos en condiciones de empopada con viento. Haber aligerado el barco resultó muy bien". El armador y patrón australiano reconocía que no competían en igualdad de condiciones: "Tienen el doble de velas que nosotros. Durante la primera tarde de regata izamos nuestro spinakker A2 y lo mantuvimos izado durante 24 horas, mientras ellos realizaban hasta siete cambios de velas antes de la primera noche. A bordo llevamos siete velas, ¡y ellos creo que 18!".

Mark Richards coincide con las palabras de Wharington, explicando que su tripulación tuvo que realizar al menos 50 cambios de velas durante el recorrido, lo que resultó estresante: "Fue muy, muy difícil para nosotros. La mayoría de los equipos probablemente hubieran desistido. Nos reunimos en medio de la regata sólo para asegurarnos de que podíamos hacerlo, y lo hicimos. Los chicos han hecho un trabajo fantástico con todos esos cambios de velas; eso es lo que al final marcó la diferencia".

A sus 80 años de edad, Bob Oatley ya no puede participar en regata, después de una larguísima y fructífera carrera de competición oceánica. El armador del Wild Oats XI disfrutó viendo llegar a su barco: "Es un sentimiento fantástico; no lo puedo describir de otra manera", reconocía. "¿Libros de los récord?; no me preocupan demasiado. Es la sensación de hacerlo lo que me interesa, simplemente maravillosa".

Preguntado sobre si construirá un nuevo barco, Oatley se muestra categórico: "No. Si lo hago sería identico a este, así que no tendría sentido".

La lucha por la victoria en tiempo compensado todavía está viva. A las 15:30 horas -hora local australiana-, doce barcos habían cruzado la línea de llegada, y el TP52 Quest de Bob Steel permanece al frente de la clasificación general provisional.

De los 100 barcos que tomaron la salida en Sidney el pasado día 26 de diciembre, tres se han retirado (el Georgia, el Sanyo Maris y el Inner Circle), y doce ya han completado el recorrido. La previsión indica que el primer barco no australiano en finalizar debería ser el estadounidense Ragtime de Chris Welsh.