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La pelea por la victoria en compensado permanece abierta en la Sydney Hobart

La pelea por la victoria en compensado permanece abierta en la Sydney Hobart

La costa de Tasmania ha preparado un escenario duro y complicado para los barcos que permanecían en el Estrecho de Bass anoche; vientos fuertes del Oeste-Noroeste, que en el Derwent River alcanzaban carácter huracanado, permiten al medio centenar de participantes que todavía no han llegado a Hobart entrar en las apuestas para la victoria en tiempo compensado de esta 64ª Rolex Sydney Hobart.

El primer TP52 en completar el recorrido, el Quest de Bob Steel, llegaba sólo cuatro horas y media por detrás del ganador en tiempo real, el Wild Oats XI, y es a esta hora el máximo aspirante al título final.

Favorecidos por su sensacional rendimiento en empopada, los TP52 ocupan los tres primeros lugares de la provisional en tiempo compensado de IRC Division 1, que engloba a los barcos de quilla fija de mayor eslora. Una vez corregidos los tiempos, el Quest ha finalizado 28 minutos por delante del Cougar II de Alan Whiteley, seguidos por el Wot Now de Graeme Wood y el Ragamuffin del veterano Syd Fischer, cuarto. Después de que todos los participantes de la clase hayan finalizado el recorrido, el Cookson 50 de Ray Roberts se ha impuesto en IRC Division 0 para unidades de quilla pivotante, por delante del Volvo 70 Ichi Ban del comodoro del CYCA, Matt Allen; el Reichel/Pugh 66 Black Jack de Peter Harburg fue tercero. Curiosamente, el último clasificado en esta clase ha sido precisamente el ganador de la regata en tiempo real, el Wild Oats XI, por detrás del Skandia.

El Quest cuenta con muchas posibilidades de hacerse también con la Copa de Tattersall, el trofeo principal de la regata, que distingue al ganador de IRC. No obstante, con media flota todavía compitiendo en condiciones de viento cada vez más fuerte, es pronto para hablar de vencedores. Steel, que ganó la Rolex Sydney Hobart en 2002 con una generación anterior del Quest, ha vuelto a la regata después de un parón de cinco años con parte de la tripulación que hizo posible aquella victoria, incluyendo al maestro Michael Green, un veterano con 28 participaciones. Green indicó al llegar a tierra que lo más duro de la prueba han sido las últimas 11 millas en el Derwent River, con vientos del Norte de hasta 50 nudos.

Por su parte, Steel explicó que la ventaja respecto al resto de TP52 y barcos de similar eslora la obtuvieron en la primera noche de regata, con una trasluchada hacia la costa de Nueva Gales del Sur: "Vimos los restos de un frente, trasluchamos y la aprovechamos. Apenas duró 20-30 minutos. Encontramos viento estable y nos escapamos, acabando cuatro o cinco millas por delante del resto".

El Quest sacó buen partido de su ruta mar adentro aproximándose a la isla de Tasmania, donde encajó una buena ventaja a su rival más inmediato, el Cougar II. A pesar de su ventaja, Steel se muestra cauto sobre las posibilidades de haber obtenido la victoria en la general: "Todavía tenemos que esperar, pero confío en haber ganado nuestra clase. Tal vez hayamos ganado también la general, lo que sería magnífico para un viejo como yo".

Alan Whiteley, patrón del Cougar II, reconoce haber disfrutado de la regata aunque no haya logrado la victoria: "Fue muy rápido; el barco es increíblemente veloz. Pasamos 15 horas haciendo 18, 20, 24 nudos. Un enorme esfuerzo para la tripulación, porque no tenemos grinders eléctricos, pero realmente divertido".

A sus 81 años de edad, Syd Fischer, patrón del Ragamuffin, participaba en su Rolex Sydney Hobart número 40. A pesar de su experiencia, no recuerda ninguna edición con una empopada tan dura como esta: "He disfrutado la regata; los chicos han hecho un trabajo impresionante. Por momentos, navegábamos a 24 nudos de velocidad en 24 nudos de viento. He de reconocer que el cuerpo chirría un poco".

Y si las condiciones favorecieron a los barcos en torno a los 50 pies, entre ellos y los dos Super Maxi que ganaron en tiempo real se produjo una dura batalla entre tres 60 pies y el 80 pies ASM Shockwave. Roger Hickman, patrón del nuevo R/P62 Limit de Alan Brierty, que finalizó quinto en IRC1, confirmó que la competición en este grupo también resultó intensa, y que estas últimas series de rápidas empopadas fueron "un poco agotadoras".

"Ellos son más grandes y rápidos, pero la carga de trabajo es también muy grande. Siempre estás en el límite, presionando y presionando mientras haces 15-18 nudos bajando olas en 12 nudos de viento", describe Hickman con una sonrisa en la cara.

Stephen Ainsworth, patrón del nuevo R/P63 Loki, añade: "La regata fue genial. Hemos llegado aquí en menos de dos días, y si todas las ediciones a Hobart fueran así, estaría encantado". Ainsworth se muestra entusiasmado con su nuevo juguete: "Fue tan divertido... Disfrutamos de unas galopadas estupendas. Anoche, particularmente, llevábamos el spinnaker 4A y el viento soplando a 33-34 nudos; ir a cerca de 30 nudos con spinnaker es impresionante... aunque asusta un poco".

Con buena parte de la flota distribuida entre la isla de Tasmania y la zona media del Estrecho de Bass, todas las miradas se fijan ahora en las condiciones que se establecerán durante las próximas horas. Los barcos más retrasados se enfrentan a otra dura noche con vientos del Oeste superando los 25 nudos por el Estrecho. Los que se encuentran más cerca de Tasmania afrontan dificultades de diferente naturaleza, pasando de un viento del Noroeste a un Suroeste en algún momento de la noche.

De los 100 barcos que tomaron la salida en Sidney el pasado día 26 de diciembre, tres se han retirado (el Georgia, el Sanyo Maris y el Inner Circle), y trece ya han completado el recorrido. La previsión indica que el primer barco no australiano en finalizar debería ser el estadounidense Ragtime de Chris Welsh.