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Hsmos ganado la etapa, ¿y ahora qué?

Hsmos ganado la etapa, ¿y ahora qué?

Pepe Ribes, capitán del “Telefónica”: “El barco es como un pequeño jardín, que si te gusta la jardinería siempre hay algo que hacer: cortar el césped, podar los árboles, echar abono… nunca acaba”

“A los dos días de terminar la etapa eso ya ha pasado y ya da igual lo que hayas ganado. Seguramente hasta la entrega de premios, el día 8, no nos acordaremos de que hemos ganado la etapa porque estamos con la cabeza pensando en la siguiente”. Con esta frase Pepe Ribes, navegante alicantino que compite con ésta en su cuarta Volvo Ocean Race, deja claro, tres días después de haber llegado a Ciudad del Cabo, dónde está el Team Telefónica: inmerso en la preparación de la segunda etapa.

 

Echando la vista atrás para mirar hacia delante

Para preparar la siguiente etapa, que discurrirá entre Sudáfrica y Abu Dhabi, es necesario echar la vista atrás y hacer repaso de lo vivido en las primeras 6.500 millas de navegación oceánica de la undécima edición de la Volvo Ocean Race.

 

“Teniendo en cuenta que era la primera vez que navegábamos más de 20 días seguidos el barco llegó bien. Podíamos salir de aquí en cuatro días a regatear y no pasaría nada. Lo que pasa que como siempre estamos intentando perfeccionar cosas… Un barco es como un pequeño jardín. Si te gusta la jardinería, siempre hay algo que hacer: cortar el césped, podar los árboles, echar abono… nunca acaba”, explica muy gráficamente Pepe Ribes.

 

Todos los trabajos que hay que realizar ahora son fruto de un exhaustivo chequeo que durante la etapa realiza diariamente la tripulación del “Telefónica”: sistemas hidráulicos, niveles de aceite, cargas de las baterías y su temperatura, tanques de aceite… “En mi caso tengo una lista con una serie de cosas que hay que chequear y lo hago todos los días”, explica el de Benissa.

 

O revisiones que se realizan, en cuanto llega un poco de calma, tras varios días navegando bajo condiciones muy duras, hecho que como reconoce el capitán del “Telefónica” ha sucedido en esta etapa “un montón de veces. Lo hicimos al salir del Estrecho, lo hemos hecho en las calmas ecuatoriales, lo volvimos a hacer después… Ya cuando vas primero vas con la ‘neura’ de que cualquier cosa puede pasar y no quieres que nada te frene o te quite el ganar la etapa. Cada uno en su sección intenta que nada pueda parar el barco”.

 

De reunión en reunión

Es vital que tras la etapa se dediquen un par de días a reuniones que permitan evaluar el rendimiento de la etapa. Tras la sesión de gimnasio, los tripulantes empiezan las reuniones. La primera, bastante larga, sobre las velas. “Hablamos de las diferentes velas que hemos llevado y cómo se han comportado, tanto en forma como en velocidad; lo rápidos que han podido hacernos las velas o lo que habría que hacer para mejorar en diferentes rangos de viento y diferentes ángulos”, relata Pepe Ribes.

 

Un descanso para comer y a seguir con la reunión de rendimiento o “performance”, que es la velocidad general del barco durante toda la etapa. En esta reunión, celebrada ayer, han estado también Santiago Lange y el diseñador Juan K. “Consiste en hacer un resumen de cuándo ha ido el barco mejor, los momentos en los que ha ido mejor, peor… También está Johan Barne, la persona que nos hace los análisis de datos. Esa reunión también dura mucho porque es analizar toda la etapa: cuándo hemos corrido, por qué hemos corrido, por qué no hemos corrido, por qué hemos corrido respecto a otros barcos cuando, cuándo nos han pasado, cuándo les hemos pasado…”.

 

Y hoy ya, momento de ponerse manos a la obra y centrarse más en la vida a bordo como explica Ribes: “Las literas, la comida… las cosas de vivir; en qué podemos mejorar la alimentación, cómo ha funcionado el sistema que hacemos a la hora de llevar el agua…”

 

Haciendo los deberes para la segunda etapa

Muy al contrario de lo que pueda parecer, todos los trabajos que se realizan ahora en el barco no son únicamente para solucionar desperfectos o realizar mejoras surgidos a raíz de la primera etapa sino también se hacen trabajos para adaptar ciertas cosas a como uno cree que podrá ser la siguiente etapa.

 

En el caso del equipo español, ya se ha hecho un estudio de la meteorología de la próxima etapa, concluyendo cuáles serán el 70% de los rumbos de la etapa. En Sudáfrica, por tanto, se intentará optimizar el barco. “Los pesos, el trimado del barco con los pesos fijos que te obliga la regla, ver cómo se pueden distribuir éstos para que sean lo más beneficiosos posibles para ese 70% de rumbos que vamos a tener en la siguiente etapa… En definitiva, hay que hacer un montón de trabajos en el barco con el fin de acomodar esos pesos a lo que van a ser los rumbos predominantes”, relata Pepe Ribes.

 

Pero en Ciudad del Cabo sólo habrá 12 días más para estar en tierra, ¿es posible hacer todo eso en ese margen de tiempo? En opinión del alicantino “nunca hay tiempo suficiente para hacer todo. Hay trabajos que será imposible hacer y habrá que dejar para la siguiente vez, o sea, que se intenta establecer prioridades en función de lo que creemos que más velocidad y comodidad nos va a dar”.

 

En 11 días, la costera. En 12, la salida.

“En esta regata no hay relajación posible”, dice el vueltamundista alicantino Pepe Ribes mientras trabaja en el interior del “Telefónica”. Está claro que en su mente ya están los próximos seis puntos en juego: “Primero tenemos la regata costera, que es una asignatura pendiente que tenemos que mejorar”. Será el 10 de diciembre.

 

Al día siguiente: la salida. Y como recuerda Ribes: “Las etapas valen lo mismo. Da igual que sean 7.000 millas, 3.000, 2.000 o que sean 1.000 millas… Valen los mismos puntos y no hay lugar para la relajación. Hay que estar pensando siempre cómo podemos correr más en la siguiente etapa o cómo reforzar los rumbos en los que no nos sentimos rápidos contra los demás barcos, cómo podemos atacar y cómo nos podemos defender”.