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Alex Thomson: “Lo que me da más miedo es no acabar la regata”

Alex Thomson: “Lo que me da más miedo es no acabar la regata”

Forzado a retirarse en las dos últimas ediciones, Alex Thomson (Hugo Boss) tiene el firme propósito de acabar la Vendée Globe en su tercera participación. El patrón de Portsmouth quiere comportarse a bordo del barco más potente de la flota IMOCA.

¿Cuándo decidió convertir la vela en su profesión?
Normalmente digo en 1995, cuando me hice aprendiz en la vela. Mi trabajo consistía en desatascar los lavabos, subir al palo, limpiar la cubierta. Aunque sabía que estaba en la profesión, que me consideraban como a un profesional, en mi cabeza no lo era. No era el trabajo que me veía haciendo el resto de mi vida. Después, en 1999, corrí la Clipper Round the World Race, y antes de la regata me dije: “Si la gano, sigo” (N. de la R.: efectivamente la ganó).

¿De dónde le viene esa pasión por la vela?
Cuando tenía 11 años, hacía plancha a vela y todo empezó allí. Creo que soy una persona muy decidida. Navegar solo atiza mi carácter.

 

¿Su familia lo animó?
Al principio mi padre decía que yo tenía que encontrar un trabajo de verdad (risas). Pero en 1999, después de ganar la Clipper Race, me decidí a seguir y la Vendée se convirtió en un objetivo.

 

¿Su familia aceptó su decisión?
No tenían que aceptar nada. Mi padre es un gran navegante, mi hermano ha hecho la vuelta al mundo en Class 40’, mi hermana también ha trabajado en el mundo de la vela. No estaba mal. Les encanta venir a la salida, les gusta tanto como a mí.

 

¿Cómo se organiza su vida de familia?
Antes del nacimiento de mi hijo y antes de casarme, mi vida personal estaba muy abajo en la lista de mis prioridades. Mi trabajo lo era todo. Ahora está más equilibrado. Mi prioridad número uno en la vida es ocuparme de mi hijo y de mi familia. Mientras yo lo tenga claro, y mi mujer también, no hay problema.

 

¿Cree que llevará a su hijo a seguir su mismo camino?
Mi mujer siempre dice que tiene derecho a hacer vela, pero que le prohíbe alejarse de la costa. Yo me siento quizás un poco responsable. Como sabe, los niños siempre tienen ganas de seguir a sus padres, y el hecho de que a mi familia le apasione tanto la vela –mi sobrino también está chiflado- quién sabe qué puede pasar. Pero si al final es feliz, yo soy feliz.

 

“Es el reto deportivo más duro que actualmente existe en la Tierra”

 

¿Podría describirnos la regata con sus propias palabras?
Creo que es el reto deportivo más duro que actualmente existe en la Tierra. Mucha gente ha ido al espacio, muchos han subido al Everest. Muy pocos hacen lo que nosotros hacemos.

 

Es su tercera Vendée Globe. ¿Cuáles son sus objetivos?
Simplemente acabar. Creo que si acabas, tienes posibilidades de ganar. Tengo que acabar.

 

¿Tiene ánimos de revancha respecto de lo vivió en sus anteriores Vendée Globe?
He invertido diez años de mi vida entrenándome para ganar y participar en la Vendée Globe. He tenido altos, muchos bajos. Y de alguna manera las decepciones son más beneficiosas que los altos porque aprendes. No se puede saber si será mi última Vendée. Espero que no. Quiero poder decir: “He dado la vuelta al mundo por mis propios medios. He acabado 18º, o en cualquier otro puesto”. Es importante, no solo para mí, sino para mi equipo, mi familia, mis patrocinadores. La última vez fue horrible (risas) (N. de la R.: tuvo que retirarse el segundo día).

 

¿Hay algunos lugares a los que esté impaciente por volver?
No he visto el cabo de Hornos en una Vendée Globe (risas)… Como navegante, en cuanto zarpas, tienes ganas de llegar a los océanos australes. Y cuando llevas dos o tres días en los océanos australes, tienes muchas ganas de salir de allí. Para mí, pues, el objetivo será llegar a los océanos australes y salir de allí tan rápido como pueda.

 

¿Tiene algún miedo ante esa Vendée Globe?
Creo que lo que más miedo me da es no acabar la regata.

 

¿Qué relación tiene con su patrocinador Hugo Boss?
Todo funciona muy bien. Hace ya tiempo que trabajamos juntos. El año que viene hará diez años, por lo que es una relación larga. Confiamos mutuamente, les encantan las regatas en solitario, les encanta la parte humana, el drama, les encanta el hecho de que este deporte inspire a la gente y, ¡gracias a Dios!, me quieren como embajador. Soy un privilegiado.

 

“Me encanta cuando hay un reto”

 

La Vendée Globe es una regata en solitario y se pasará solo la Navidad y el Año Nuevo. ¿Qué le supone?
Nunca lo he encontrado insoportable, pero ahora tengo un hijo que en enero hará dos años. Me perderé por tanto la Navidad con él. Pero para ser franco, que sea Navidad, que haya un cumpleaños o cualquier otra cosas durante la regata, cuando estás solo no es más que un día más a bordo. Estás concentrado en eso, te sientes un poco solo. Pero la vida es así, y no se puede hacer nada.

 

Una regata de tres meses es larga. ¿Cómo vivirá su soledad?
La soledad no la noto tanto. Hoy, con el teléfono, Skype, etc., tienes contactos regulares con los tuyos. Dice que tres meses es mucho tiempo, ¿pero puede recordar lo que ha hecho esos tres últimos meses? ¿A qué velocidad han pasado? Un rayo.

 

¿Qué hace cuando no hay viento?
Sigo concentrado e intento avanzar en mi trabajo. Es por eso que tengo esa profesión. No tengo muchas ganas de pasarme tres meses solo, ni en el agua ni en tierra, Preferiría estar con gente. Me gusta hacer esto por el desafío que supone, porque es duro. ¡Me encanta cuando hay un reto!

 

En el día a día, ¿cómo se las apaña con la comida y el sueño?
No sigo un régimen especial. Como y duermo cuando lo necesito. Pero soy muy consciente de lo que necesito en un día. Y para mí es muy importante respetarlo, porque los errores llegan rápidamente. Me hecho muy disciplinado con la comida y el sueño. Mi actitud con el sueño es dormir en cuanto tengo la oportunidad de hacerlo.

 

¿Se ha preparado de alguna forma especial para eso?
He aprendido a gestionarlo. Sobre todo la comida, he trabajado con un nutricionista. He elegido la comida que me gusta y sé exactamente qué tengo que comer en un día. En cuanto al sueño, sé el mínimo que necesito, pero si puedo dormir más, duermo, duermo, duermo, porque después no podrás. Siempre busco una oportunidad para dormir.

 

“Tenemos que hacer todo lo posible para proteger el lugar donde nos divertimos”

 

¿Se lleva algo un poco insólito?
Sí, me llevo un par de conejos (risas). Eso me recuerda una anécdota con un amigo, cuando abrió una caja con comida y me preguntó si quería. Le contesté: “No, gracias, parece comida para conejo”. Y replicó: “¿Conejo? ¿Conejo? ¡No deberías pronunciar esa palabra!” O sea que no soy supersticioso.

 

¿Cómo navegante, le afecta el respeto por el medio ambiente y el desarrollo sostenible?
Claro que sí. Tal como la gente trata el mar, con sus basuras, etc. es inaceptable. Creo que todos los marineros, todas las personas que navegan por los océanos piensan posiblemente de forma distinta que las personas que no lo hacen. Navegar en un barquito en la inmensidad del océano te hace ser consciente de hasta qué punto somos pequeños, hasta qué punto somos insignificantes. Pero por muy insignificantes que seamos, tenemos que hacer todo lo posible para proteger el lugar donde vivimos, el lugar donde nos divertimos.

 

¿Cuáles son sus mejores recuerdos como patrón?
Creo que uno de mis mejores recuerdos fue batir el récord de distancia 24 horas. Lo he batido dos veces, en solitario y a dos. Hacer más de 500 millas en un día es un día muy bueno. Mi récord en solitario está vigente desde hace ya más de diez años.

 

¿Y cuál es su recuerdo más doloroso?
Haber abandonado mi barco en 2006.