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Hielo, trompazos y lluvia. Cuatro depresiones afectan actualmente a la flota de la Vendée Globe a lo largo de 4.000 millas en el Índico

Hielo, trompazos y lluvia. Cuatro depresiones afectan actualmente a la flota de la Vendée Globe a lo largo de 4.000 millas en el Índico

Nieve en 52 grados sur. Viento general en todo el Índico. Dick, Thomson y Stamm han pasado Leeuwin. Los solitarios han llegado al fondo de la cuestión: un Gran Sur como en los libros.

Cuando el aceite de oliva empieza a congelarse es en general cuando lo olvidamos en la nevera. Armel Le Cléac'h simplemente lo tenía en el interior del Banque Populaire, lo que da una pequeña idea de la temperatura ambiente en 52 grados sur, a 1.000 millas al sur de las costas australianas. Ha tenido que añadir una cubierta polar al puf que le sirve de cama y en los tubos que atraviesan el habitáculo, guantes e impermeables tendidos intentan secarse a duras penas. Unos centenares de metros más al sur, el MACIF, todavía en cabeza, navega bajo la nieve... en plena primavera austral.

¿Qué se puede hacer para protegerse del frío en el mar? Tomar al menos 6.000 calorías diarias, beberse un te con miel hirviendo (técnica Gabart), y acumular prendas: dos pares de guantes, tres pares de calcetines, polares, pasamontañas además del gorro. Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3), que por su parte acaba de pasar la longitud del cabo Leeuwin, se ha visto obligado a rescatar sus guantes de pescadero para protegerse.

Pese a esta atmósfera glacial, François y Armel aprovechan hoy lo que parece de lejos a un "auténtico" domingo. Éolo se ha deshinchado, y con el mar ligeramente plano, las velocidades y el estrés han bajado. Los dos patrones lo han aprovechado para hacer la ronda con el fin de efectuar un estado de la cuestión después de dos semanas de navegación frenética. No deberían tardar en trasluchar para dirigirse a pasar la puerta Australia este.

Quitando tela

El resto de la flota se ve afectada de una parte y la otra por el paso de tres sistemas de perturbación. 500 millas al sur de Australia, Hugo Boss y Cheminées Poujoulat están bajando las pendientes de la depresión Claudia con fuertes tormentas en su ruta. Hoy, los dos marinos han pasado la longitud de cabo Leeuwin y son, con diferencia, los más rápidos en el agua (más de 400 millas en 24 horas).

En dirección a la puerta Australia oeste, Jean Le Cam (SynerCiel) y Mike Golding (Gamesa) se enfrentan también a condiciones marítimas complicadas, agravadas por fuertes ráfagas de 50 nudos. Mike, por su parte, se llevó un buen susto la última noche cuando el viento apareció de nuevo. En una racha, su código cero se derroló, se desconectó el piloto automático y el barco se inclinó en el agua.

Saber aguantar

Las imágenes más bellas de mal tiempo fueron enviadas ayer por la tarde y esta mañana por Javier Sansó (ACCIONA 100% EcoPowered) y Arnaud Boissières (AKENA Vérandas). "Estoy bajo tres rizos y trinqueta. He visto olas impresionantes. En este contexto, no deben preocuparse de la velocidad sino de proteger el barco. Aquí, el viento ha aflojado un poco, voy a 40 nudos", contaba el navegante español en la Regata en Directo del mediodía. Estas condiciones han permitido a Bubi volver al acecho del Mirabaud, a 11 millas. A bordo del barco suizo, Dominique Wavre se mostraba feliz de acelerar finalmente. Feliz pero muy concentrado: "Hay dos o tres filas de olas que entrechocan, es abrupto, y el barco queda engullido, no es una velocidad fácil de lograr".

A 3.000 millas de los líderes, Bertrand De Broc (Votre Nom autour du Monde avec EDM Projets), Tanguy de Lamotte (Initiatives-cœur) y más alejado Alessandro Di Benedetto (Team Plastique) entran por su parte en el meollo de la cuestión y toman progresivamente el pulso al Gran Sur, con maniobras peligrosas en el puente, humedad ambiente y saltos de olas en un ruido infernal.

Han dicho...

La mar no es muy disciplinada. El barco sufre grandes aceleraciones y frenazos. No es fácil pero va bien. Por ahora es una gran regata. Aprovecho las circunstancias presentes, pese a tres días difíciles, pero lo voy a olvidar pronto.
La regata es algo diferente pues ha evolucionado mucho. Las velocidades también, y hay menos riesgo para el barco. La forma de gestionar una Vendée Globe es siempre igual.
Intento evitar velocidades extremas. En general hasta 40 nudos está bien. Más allá, es mejor esperar que pase.
Dominique Wavre (SUI, Mirabaud)

Las últimas 24 horas —y seguramente toda esta noche— están siendo de lo más entretenidas: stacking, cambios de velas, 3 rizos, 50,3 nudos, 5 trasluchadas... En fin, estoy bastante cansado y necesito descansar y alimentarme bien y cuidarme un poco, que hoy he acabado empapado varias veces. No me esperaba que el frente fuera a tener tanto viento pero por aquí abajo hay que ponerle un 20% más a los partes de viento, si no te puedes pillar los dedos.
Otra puerta por la popa; estoy contento y ahora rumbo al Pacífico pasando. Tardaré entre 12 y 14 días en llegar al Pacífico y espero que nos reciba bien.
Javier Sansó

Ayer por la noche le di a un OFNI... Oí un ruido que parecía venir de la parte de atrás del barco, de la pala del timón. Estaba en el interior pero pude ver un objeto negro que flotaba detrás del barco, aunque el sol ya se había puesto, había suficiente luz para mirar bajo el barco: el timón seguía allí enterito. En el interior no había ningún ruido ni movimiento sospechosos y el barco se comportaba bien... estaré atento. Para recuperarme de las emociones, me hice una buena choucroute para cenar, con queso fresco y pan. Al final de la noche el viento sigue subiendo por encima de los 25 nudos, así que pongo el segundo rizo en la mayor.
Tanguy de Lamotte (FRA, Initiatives-Coeur)