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Los líderes afrontan su último paso a nivel a 650 millas al SSW de las Azores

Los líderes afrontan su último paso a nivel a 650 millas al SSW de las Azores

Ya llega. Temido por alguno, esperado por los otros, el paso de la pequeña dorsal que se prolonga hacia el sudoeste de las Azores frenará, progresivamente, a los dos líderes de la Vendée Globe. En el Atlántico Sur, la progresión caótica de unos y los problemas de material dominan sobre las consideraciones tácticas. Lo importante es aguantar la guerra de desgaste, tanto si se trata de desgaste material como desgaste psicológico.

Es un efecto de dominó. Desde hace dos días, todo parece girarse en contra de Alessandro Di Benedetto. El patrón del Team Plastique encadena una desgracia tras otra. Anoche fue el espináquer grande quien estalló, dejando en lo alto del mástil su parte superior y el calcetín en el que se mete a la hora de izarlo y arriarlo. El patrón franco-italiano tuvo que subir una vez más a lo alto del palo para sacar los restos de la vela. Después, en plena noche, cuando el navegante intentaba descansar, el barco salió de arribada. Obligado a salir, Alessandro no vio que la escota volvía sobre sus pasos, y sobre él mismo, en una segunda trasluchada incontrolada. La escota le dio en plena cara y, proyectado contra la bañera, se fracturó una costilla. La fuerte escorada –el barco se volcó sobre el costado- hizo caer al agua el espináquer pequeño (que estaba en cubierta). La sombra se ciñe sobre la luminosa vida de Alessandro. Nada le impide, a priori, proseguir su ruta, pero su remontada hacia Les Sables d’Olonne será sin duda más difícil, y larga, tanto por la falta de velas de proa adecuadas para vientos portantes como por el dolor que lo atenazará unos cuantos días. Además, Di Benedetto perderá de vista a Bertrand de Broc (Votre Nom autour du Monde avec EDM Projets) y Tanguy de Lamotte (Initiatives-cœur), que siguen su camino hacia el Norte avanzando a buen ritmo con vientos portantes.

Un tiempo abracadabrante

Esos dos navegantes podrían pasar el Ecuador pisando los talones de Arnaud Boissières (AKENA Vérandas), que se las ve y se las desea para salir de la trampa de la depresión tormentosa que tiende a permanecer estacionaria junto a la costa de Brasil. Boissières tiene ahora una ventaja de 600 millas sobre De Broc, pero la diferencia podría seguir reduciéndose en los próximos días.

No es el único que sufre unas condiciones meteorológicas desastrosas en el Atlántico Sur. Jean Le Cam (SynerCiel), Mike Golding (Gamesa), Javier Sansó (ACCIONA 100% EcoPowered) y Dominique Wavre (Mirabaud) coinciden en su hartazgo. Como indicaba esta mañana el navegante suizo, las condiciones son muy variables, desde vientos portantes erráticos a ceñida con viento duro, sin que de las previsiones meteorológicas pueda desprenderse una tendencia clara. Para aguantar, cada cual tiene su propia receta. Dominique Wavre, por ejemplo, se concentra en la marcha del barco, en su progresión hora a hora, para poder decirse a sí mismo que todo el potencial de su IMOCA en esas condiciones tan especiales. Jean Le Cam se lo toma con ironía y buen humor, compadeciendo a los dos líderes por tener que acortar su Vendée Globe, mientras el pelotón central puede rentabilizar toda su inversión, si se tiene en cuenta el tiempo pasado en el mar.

Paciencia, la virtud del cazador

Aguantar, esa es también la consigna que retumba en la cabeza de los navegantes en cabeza. Para François Gabart (MACIF) y para Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3), el primer objetivo es aguantar los eventuales asaltos de sus perseguidores. Tanto uno como otro saben que tienen muchas posibilidades de salir airosos frente a esos ataques, pero que todo lo conseguido hasta ahora puede irse al garete por exceso de confianza o falta de concentración. En proa se perfila el último obstáculo en su camino hacia Les Sables d’Olonne, una dorsal anticiclónica que ocupa casi todos sus pensamientos desde hace una semana. Al atravesarla, los líderes deberían perder velocidad, pero si se mantiene la lógica, deberían ser los primeros en acelerar y ver el camino expedito en proa.

Claro que esta es también la situación ideal para que se produzca un nuevo reparto de cartas. En unas pocas millas, el viento puede varias de 5 a 10 nudos. Puede parecer una diferencia mínima, pero es enorme: con un viento de 10 nudos un IMOCA navega sin problemas, mientras que con menos de 5 se queda clavado en el agua.

Si queda alguna posibilidad de un cambio en el podio provisional, aparte de los problemas de material, es esa. Mientras, Armel le Cléac’h (Banque Populaire) y Alex Thomson (Hugo Boss) saben que para aprovechar esa oportunidad –si se presenta- tienen que seguir navegando bien, sin desfallecer, a la espera de pasar al ataque a la mínima oportunidad que se les presente. Los buenos cazadores lo saben, su principal virtud es la paciencia.