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Vendée Globe. A la altura de las islas Auckland tras 40 días en la mar

Vendée Globe. A la altura de las islas Auckland tras 40 días en la mar

Hace 40 días que están en la mar, 40 días en que deben apañárselas en soledad. Los navegantes de la Vendée Globe están ahora aproximadamente a media regata. En cabeza de la flota, los pensamientos apuntan hacia el cabo de Hornos. Pero aún falta atravesar el mayor de los desiertos líquidos del planeta.

Los dos líderes aceleran hacia la primera puerta de hielo del océano Pacífico. Al pasar por el sur de las islas Auckland, el tándem Gabart – Le Cléac’h no ha dudado en atravesar la plataforma de Campbell, aun a riesgo de encontrarse con una mar desenfrenada. El peligro es muy claro: en el límite occidental de la plataforma, los fondos suben bruscamente de más de 3.000 metros a menos de 500. Ese brusco cambio de la profundidad comporta ipso facto una disminución de la longitud de onda de la mar de fondo. Las olas se rompen, se verticalizan y son difíciles de negociar. A bordo del Banque Populaire, Armel Le Cléac’h incluso se ha visto obligado a coger la caña, pese a que las olas pasaban con regularidad por encima de la caseta. Pero hay veces en que la sensibilidad de un navegante al timón reacciona más rápidamente que un piloto automático, por muy sofisticado que sea. Sea como sea, los dos líderes navegan codo a codo, como atestigua el vídeo de François Gabart (MACIF) en el que se puede apreciar, entre dos olas, la vela de su rival.

 

Trasluchadas a alta presión

 

Detrás del dúo de cabeza, el objetivo sobre todo consiste en limitar los daños. De Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3), que se las tiene con una mar que él mismo ha calificado de especialmente difícil, a Javier Sansó (ACCIONA 100% EcoPowered), todos deben apañárselas con una mar cruzada, así como con un régimen general de viento del oeste, que obliga a los navegantes a multiplicar las trasluchadas. Y si hay una maniobra complicada y comprometida en esos barcos en esas condiciones es precisamente esta. Basta un paso no controlado de la botavara de uno a otro lado para romper, en el mejor de los casos, los sables de la mayor. En el peor, se puede llegar a romper el mástil. Se comprende, pues, que los navegantes extremen sus precauciones: a veces toman rizos para reducir la superficie de la mayor y, en determinadas condiciones, los incluso prefieren hacer un bordo por proa que arriesgarse a un descontrol del barco.

 

En este gran juego táctico que opone a los perseguidores entre ellos, Alex Thomson (Hugo Boss) ha optado por alejarse de la ruta de Bernard Stamm (Cheminées Poujoulat) dirigiéndose hacia el nordeste, aunque esto le suponga una doble trasluchada. El navegante británico, que registra un pequeño déficit de velocidad respecto del suizo, juega la carta de la navegación para mantener su cuarta posición. En cuanto a Jean-Pierre Dick, también sube hacia el nordeste para intentar engancharse a la cola del régimen de noroeste que propulsa a los dos primeros.

 

Compresión

 

Al frente del pelotón, Jean Le Cam (SynerCiel) aprieta el acelerador para intentar mantenerse todo el tiempo posible en el régimen de noroeste que precede al frente que lo está atrapando. El navegante bretón ha perdido algunas plumas en el paso de la dorsal y ve cómo sus perseguidores ya están a menos de 120 millas. Mike Golding (Gamesa), Dominique Wavre (Mirabaud) y Javier Sansó son los principales beneficiarios de la operación. Cabe señalar que el mallorquín ha recuperado el contacto con el pelotón y que su apuesta por completar una vuelta al mundo sin energía fósil a bordo puede transformar las próximas ediciones. Sobre todo teniendo en cuenta que, como ha indicado hoy mismo en su mensaje diario, aún no ha necesitado usar ninguno de sus dos hidrogeneradores.

 

Arnaud Boissières (Akena Vérandas) parece disfrutar cada vez más de su travesía por el océano Austral. Más a popa, la situación es un poco más complicada para Bertrand de Broc (Votre Nom autour Monde avec EDM Projets), Tanguy de Lamotte (Initiatives-cœur) y Alessandro Di Benedetto (Team Plastique), que intentan huir de un anticiclón que los persigue. Afortunadamente, el simple hecho de navegar es para los tres un placer muy preciado.

Han dicho...

El viento sigue bien establecido, y la mar también. He pasado no muy lejos de la isla Auckland y con la subida de la plataforma continental había mar muy cruzada y el viento ha arreciado: en pocos minutos hemos pasado de 35 a 50 nudos, con rachas de 55. Cuando el viento ha empezado a arreciar y la mar a formarse, he llevado la caña casi una hora. Había que gestionar un viento de 50 nudos. No ha durado mucho, pero el piloto no es tan eficaz como puedo serlo yo a la caña.
Con François, nos veíamos un poco entre la niebla. Me ha mandado un mail, por lo que he puesto mi VHF, pero no he podido hablar con él. Nos vigilamos, lo veo en el AIS, pero no es fácil comunicarse ahora porque las condiciones son bastante duras. Pero seguimos cerca, a veces él está delante, a veces lo estoy yo. Seguiré navegando como lo he hecho desde la salida. Creo que seguiremos haciendo mucho camino juntos. Las opciones se juegan a nivel de las puertas, en el cabo de Hornos podremos hacer un buen balance en la clasificación y las diferencias. Pero por ahora me concentro en el Pacífico
Armel Le Cléac’h (FRA, Banque Populaire)

Hace fresco, pero va bien. El barco se mueve, hay viento, más de que pensaba. Me dispongo a trasluchar dentro de un rato. He cambiado de rumbo, he perdido un poco de velocidad. Voy a 17 nudos y el mar está impresionante, muy, muy, muy formado, y el viento sopla a 32 nudos. Acelera, pero también frena, muy rápidamente. He previsto trasluchar para remontar a latitudes un poco más clementes y acercarme a Nueva Zelanda, que quiero mucho.
Ayer me decidí a subir, siempre es impresionante subir al mástil en el océano Austral, a casi 25 metros de altura. Con la mar muy formada, hay que agarrarse bien a las ramas, pero tenía la voluntad de subir hasta el final. Como vas atado, podría pensarse que se puede subir como un mono, muy rápido. Yo me tomo mi tiempo, para estar siempre atado al mástil. Y me quedé mucho tiempo porque la reparación ha tardado, tenía las manos frías… Es el sistema de lashing de las velas (espináquer y genáquer pequeños) lo que tenía que cambiar. Haberlo hecho con anterioridad evidentemente ayuda, siempre va bien entrenarse antes y te da confianza
Jean-Pierre Dick (FRA, Virbac-Paprec 3)

Es un periodo bastante tranquilo, nos movemos bien, pero el viento está rolando y pronto traslucharé. Vamos casi el popa redonda, por lo que tendremos que hacer unas cuantas trasluchadas. Los cuatro nos hemos comprimido: Dom está 100 millas detrás, Javier 100 millas detrás de él, Jean unas 140 delante, o sea que es un pelotón bastante igualado. Tendré que vigilar para trasluchar en el momento adecuado.Hay algunas ventajas en una ruta algo más al norte, como la de Dominique Wavre. A largo plazo, mirando al fichero meteorológico europeo, que en este momento parece el más fiable, hay algunas ventajas de estar un poco más al norte. Ha tenido un par de nudos de viento más, mientras Jean y I estábamos bordeando vientos más flojos por el sur. Claro que es bueno estar más cerca de Jean, pero tenemos dos barcos que estaban lejos detrás nuestro que ahora están más cerca. Será como era hace unas semanas, navegación interesante y una regata interesante. Hace que sea divertido, por lo que desde esta perspectiva es bueno
Mike Golding (GBR, Gamesa)