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Vendée Globe. Armel El Cléac’h: “Los pronósticos no me interesan”

Vendée Globe. Armel El Cléac’h: “Los pronósticos no me interesan”

Segundo en 2008-2009, Armel El Cléac’h (Banque Populaire) vuelve este año con ambiciones aún más altas. Considerado por algunos como EL gran favorito de esta edición, nos cuenta su recorrido.

¿Cómo se siente?

Estoy muy contento de estar en Les Sables, con el barco, todo el equipo. El barco está listo para zarpar. En este momento me siento bien.

Parece muy traquilo. ¿Es su forma de concentrarse en la regata?

Intento seguir el planning que hemos fijado. No hemos tenido imprevistos o sorpresas desagradables. Mientras todo funciona, estoy relajado. No hay motivos para ponerse nerviosos o estresarse. Lo aprovecho. Creo que la última semana será un poco más tensa, aumentará con la presión de la salida y con las primeras previsiones meteorológicas, y sabremos mejor qué nos encontraremos los primeros días de regata.

Haberlo vivido hace cuatro años me permite ver dónde vas, estar más cómodo, ir más fácilmente a lo esencial.

Muchos observadores lo citan como el gran favorito. ¿Le afecta?

No creo mucho en las apuestas, pronósticos, sondeos. Siempre te halaga verse en lo alto de la lista, pero lo que pasará en el agua dista mucho de lo que se escribe en a la salida, sobre todo por los corredores de apuestas. Conozco la competencia, conozco a los favoritos, a los que se han preparado muy bien. Esta clasificación es lo que es, pero no me afecta.


“No soy el único, formo parte de los favoritos”

Más allá de esta clasificación, en los medios de comunicación es el gran favorito de esta edición. ¿Cómo gestiona este estatus?

Por haber segundo la pasada edición y volver este año con un patrocinador, Banque Populaire, que está en el mundo de la vela desde hace más de 20 años, a quien le gustan los retos de alto nivel y que, como yo, tiene ambiciones como mí en la Vendée Globe, mi condición de favorito es lógica. Pero no soy el único, formo parte de los favoritos. Este estatus no me molesta. Suelo ser favorito en otras regatas, en Figaro sobre todo o en la clase IMOCA desde algunos años (N. de la R.: seis años). Es parte del ambiente de antes de la salida. Sé lo que tengo a hacer, me he preparado con mi equipo. Los pronósticos no me interesan.

No esconde su ambición de ganar esta edición, después de su segundo puesto hace cuatro años. ¿Cómo se ha entrenado para alcanzar ese objetivo?

He intentado trabajar en el tiempo que nos ha dado Banque Populaire. Este proyecto arrancó hace año y medio. Me eligieron en la primavera de 2011. Se recuperó un barco que estaba volviendo en carguero desde Sudáfrica, porque Michel (N. de la R.: Desjoyeaux) había roto el mástil. A partir de ese momento definimos un plan de entrenamiento, de preparación deportiva, técnica, tanto en tierra como en el agua. Con la experiencia adquirida hace cuatro años, pudimos ir más fácilmente a lo esencial, concentrarnos en los puntos esenciales que quería trabajar.

Se ha hecho evolucionar el barco, se ha intentado navegar mucho para conocerlo al máximo. Se ha trabajado en la fiabilidad de los sistemas. En una Vendée Globe, se sabe la importancia de acabar la regata, hace falta que el barco aguante hasta el final teniendo los menos problemas posibles.

Físicamente me he preparado como lo hago para todas las regatas; es una preparación diaria. Luego, hemos trabajado sobre la especificidad de la Vendée Globe: meteorología, gestión de la alimentación, ropa a embarcar, vídeo, mecánica, el médico… Hemos intentado trabajar todos los campos en el tiempo de que disponíamos. Nos fijamos deadlines respecto de todo esto y hemos cumplido nuestros objetivos. Se tiene ya conseguido esto, es muy bien. Cuando llegamos a Les Sables d’Olonne, fue una gran satisfacción de tener el barco aquí, preparado como queríamos, y haber hecho todo lo que queríamos hacer.

Ahora el resultado lo decidirá la regata, y a mí me corresponde intentar ser bueno en el agua durante tres meses.

¿Ha trabajado con especialistas para cada una de las peculiaridades de una regata como la Vendée Globe?

Sí, uno se rodea de especialistas. Pertenezco al centro de entrenamiento de Port-la-Forêt desde muchos años, y con él trabajamos en todas las regatas que preparamos. Hemos trabajado con especialistas en meteorología. El sueño, no mucho, porque es algo que ya dominamos bastante en regatas como la Figaro. En cambio, trabajamos la alimentación con el equipo Banque Populaire, el técnico con todos nuestros suministradores. Tengo un entrenador físico con el que trabajo desde hace seis años. Hemos intentado afinar y preparar específicamente la Vendée.


“Ahora conozco muy bien el barco”

¿Puede decirnos algo más del barco?

Estamos muy contentos con él, es un barco que fue concebido y construido por Michel Desjoyeaux y su equipo. Se nota que hay mucha experiencia detrás. Hemos trabajado mucho en el barco para fiabilizarlo, porque quedaban cosas por terminar. Hemos tenido nuestro lote de preocupaciones técnicas, que ya están solucionadas. Hemos podido navegar en condiciones diversas y variadas, y esto para mí era muy importante. Ahora conozco muy bien el barco, en millas hemos navegado prácticamente el equivalente de una vuelta del mundo.

Es un barco de última generación, fue botado en 2010. Es uno de los seis barcos nuevos de esta regata. Es un barco que se parece mucho al de François Gabart. He intentado de hacer un barco a mi gusto, en términos de comodidad a bordo, de ergonomía, de electrónica. Con la experiencia de hace cuatro años, he intentado de hacer la mejor elección, lo que más me convenía para una segunda vuelta al mundo.


Algunos patrones llegan al extremo de no pintar el interior de la cabina. ¿Ha llegado a este nivel de detalle?

Hay que optar entre la comodidad, el peso, la prestación, la seguridad. Hemos elegido tener un barco que sea blanco por dentro, para mí es importante, en la Vendée, tener un interior que sea claro, visual. En cambio, se ha hecho una elección diferente en otros elementos del barco. Son barcos muy técnicos, muy eficientes, muy parecidos entre sí, sobre todo los botados en los últimos cuatro-cinco años. No es obligatoriamente el barco quien marcará las diferencias, sino el navegante con el barco.

¿Puede hablarnos de su relación con Banque Populaire?

Es ya un honor haber sido escogido, porque hubo habido una selección para ser el patrón del monocasco. Es un patrocinador que se mantiene fiel a la vela desde hace más de veinte años, es el banco de la vela, están en todas partes. Ahora me toca a mí ser eficiente en el agua durante tres meses. Es una relación excelente a la vez con el patrocinador y el equipo Banque Populaire que trabaja desde hace años con diferentes barcos, como el maxi-trimarán con el que han logrado el trofeo Julio Verne. Notas que trabajas con profesionales, que conocen las regatas oceánicas, que conocen estos eventos importantes. Es de verdad un placer ser el patrón de este equipo, ser escuchado, trabajar con gente que tiene confianza y que pone cierta presión positiva en los resultados, en el rendimiento.

¿Puede describirnos la regata con sus propias palabras?

Es una regata-aventura. Primero, lo que me apasiona es el aspecto regata. Es por esto que vuelvo este año. Luego, la duración, el recorrido, hay un aspecto de aventura que está muy presente. Lo viví hace cuatro años. Antes, no había tenido la ocasión de dar una vuelta del mundo, de navegar en los océanos Australes, de pasar más de tres semanas seguidas en el mar. Es una regata que me ha marcado. Este año habrá un guión completamente diferente. Espero vivir grandes emociones como hace cuatro años; ir a fondo. La Vendée es un objetivo muy importante desde hace un año y medio. Quiero darlo todo y no arrepentirme.

¿Sabía hace cuatro años, al acabar la Vendée Globe, que volvería a correr esta regata en esta edición?

En absoluto. Entonces con mi patrocinador no sabíamos cómo seguirían las cosas y me tomé tiempo para reflexionar, porque son muchos sacrificios, mucha preparación durante dos-tres años..

La motivación vino más tarde, quise salir y relanzar un proyecto. No fue posible con mi patrocinador de hace cuatro años, pero he habido la suerte de tener un patrocinador magnífico de regatas oceánicas que me eligió para estar a la salida este año.


“A diferencia de los otros chicos de mi edad, los sábados iba al club náutico el sábado”

¿De dónde le viene esta pasión por la vela?

Mis padres son originarios de Norte-Finisterre, cerca del mar, y el hecho de tener un padre a quien le gustaba que amaba la vela, que había un barco de crucero con el cual se navegaba en verano en familia, desde mi más tierna edad, me dio el gusto de la mar y de la vela. Después se convirtió en mi deporte bastante rápidamente. A diferencia de los otros chavales de mi edad que preferían hacer fútbol o tenis, iba al club náutico el sábado, había pósters de barco en mi cuarto. Después tuve la suerte de convertir ese deporte en mi oficio, desde hacer doce años.

Mis padres escuchaban. Sabían que esto me gustaba desde hacía mucho tiempo y me dieron los medios de vivir mi pasión. No acabé mis estudios de ingeniero para entrar en el mundo de la vela profesional.


¿Cómo gestiona su vida de familia?

Nunca es agradable dejar a tus hijos durante tres meses. Son cosas que también se preparan antes de la regata, hay que dedicar tiempo para explicárselo. Para mí es importante que los míos en tierra tengan noticias. Para la gente de tierra es seguramente más complicado.

¿Nota la soledad a bordo?

A bordo siempre hay cosas que hacer. Uno intenta de todas formas tener un poco de tiempo para sí mismo, es importante. Me llevo un poco de música, algunos libros, algunos vídeos. Esto permite salir un poco de la Vendée Globe.

Pasará la Navidad y el Año Nuevo solo. ¿Serán días iguales a los otros?

Estos días no son como los demás. También tengo el cumpleaños de uno de mis hijos. Eso es parte de la regata. Serán días especiales. Antes de salir hay que asegurarse de que todo esté preparado, de que Santa Claus no se olvidará de pasar. A bordo intento tener contactos, comunicar las emociones.

¿Como navegante se siente implicado por el respeto del medio ambiente y el desarrollo sostenible?

La vela es un deporte limpio. Durante una vuelta del mundo se consume el equivalente de tres depósitos de gasolina de un coche para recargar nuestras baterías. Es incluso muy probable que en los próximos años ya no haya de energía fósil. Construir estos barcos no es desarrollo sostenible, porque se utiliza mucho carbono y piezas composite. En cambio en el agua intentamos ser responsables hacia el medio ambiente. Es un medio magnífico. Se no lanza nada al agua, guardamos toda la basura.

¿Cuál es su mejor recuerdo de mar?

Hay muchos, es difícil seleccionar el mejor. Recuerdo el paso del cabo de Hornos hace cuatro años. Fue un momento único porque era mi primer cabo de Hornos, hacía buen tiempo y tuve la suerte de verlo. Fue al día siguiente del salvamento de Jean El Cam en el que participé. Fue una sucesión de emociones increíbles, diferentes…