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Vendée Globe. Los primeros se aprestan a cruzar el antimeridiano de Greenwich

Vendée Globe. Los primeros se aprestan a cruzar el antimeridiano de Greenwich

A media regata, el cansancio empieza a pesar. Cuando los primeros se aprestan a cruzar el antimeridiano de Greenwich, casi todos los participantes confiesan golpes, bajones de moral y a veces problemas de material que da signos de debilidad.

Ya son cinco los participantes que han entrado en el Pacífico. Detrás de los dos líderes, François Gabart (MACIF) y Armel Le Cléac’h (Banque Populaire), siempre pegados como dos siameses, solo Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3), Alex Thomson (Hugo Boss) y Bernard Stamm (Cheminées Poujoulat) están también en el mayor de los océanos del planeta. Sin grandes opciones tácticas, los próximos días se tratará de mantener la velocidad más alta posible: Pero habrá que saber dosificar los esfuerzos para no castigar el material más de la cuenta, porque el Pacífico es una travesía de casi 5.000 millas. A medio camino, la tierra más cercana está a 2.000 millas y no son los experimentos de kite-surf llevados a cabo por Sam Davies los que garantizan una velocidad suficiente en caso de romper el mástil. Por eso todos se aplican en trabajar en su barco, para poder afrontar este fragmento de la regata en las mejores condiciones posibles.

 

Organismos exigidos

 

Incluso en cabeza de regata, los dos líderes, muy avaros a la hora de exteriorizar sus pequeñas desgracias, se han soltado hoy reconociendo que los últimos días a gran velocidad habían sido especialmente agotadores. Es difícil descasar entre el ruido que resuena en el habitáculo de carbono, los pantocazos contra las olas, los movimientos desordenados del barco al albur de las rompientes. Durante La Vendée Globe en Directo de esta mañana, tanto Armel Le Cléac’h como François Gabart han agradecido las condiciones más clementes de hoy, por mucho que su velocidad se resienta.

 

Bernard Stamm tiene otros problemas. El navegante suizo tiene la cabeza metida en la caja de herramientas, con una nueva avería en el molinillo del winch y problemas recurrentes de fijación de sus hidrogeneradores. Bertrand de Broc (Votre Nom autour du Monde avec EDM Projets) tiene, ante todo, que instalar un nuevo almacenador de recambio tras romper el primero. Pero para hacerlo tiene que ir a trabajar al extremo de su botalón, operación imposible en las actuales condiciones de mar y de viento.

 

Incluso quienes no han revelado problemas importantes de material dan síntomas de cansancio, como un Tanguy de Lamotte (Initiatives-cœur) que reconoce haber dormido seis horas seguidas cuando se había echado con la idea de hacer una siesta de unas decenas de minutos. Únicamente Alessandro Di Benedetto (Team Plastique) mantenía su estado de forma resplandeciente, pese a navegar con vientos flojos, algo siempre irritante.

 

Dos días de velocidad, y después…

 

De momento, todo ese pequeño mundo debería ser propulsado por un flujo general del oeste. Aparte de algunas trasluchadas, se tratará de estar pendiente de los reglajes, saber adaptar las velas a las condiciones reinantes, aceptar llevar la caña cuando toque para ser más eficaz. Las distancias deberían estabilizarse, teniendo en cuenta las diferencias de potencial de los distintos barcos.

 

La situación, sin embargo, podría cambiar dentro de dos días. El régimen de oeste a sudoeste podría romperse por el desarrollo de una zona de bajas presiones relativas en la ruta de los dos líderes. En su aproximación a la puerta de Pacífico Oeste podrían encontrarse vientos flojos que les obligaran a un considerable rodeo por el norte. Podría ser el momento de las opciones tácticas. Cada vez que ha sucedido, Armel Le Cléac’h ha optado por trayectorias más rectas, mientras François Gabart ha preferido jugar la carta de la velocidad.

 

Pero sobre todo esa podría ser la oportunidad de sus perseguidores para pillarlos. Si lograra recortar su diferencia con los dos primeros, Jean-Pierre Dick podría encontrarse en una situación ideal: la del cazador al acecho de un error o de una evolución de los sistemas meteorológicos. La Vendée Globe solo ha llegado a la mitad. Con el océano Pacífico en el punto de mira, nadie puede hacer castillos en el aire.

 

Hay un sistema de baja presión que se está formando justo encima de nosotros y puede cambiar mucho la situación, tendré que mantener un ojo puesto sobre él. ACCIONA ha tenido pequeños problemas, pero el barco va bastante bien, y los problemas existentes son reparables. Si las próximas 24 o 48 horas son suficientemente tranquilas, al menos podré ocuparme de eso.
Javier Sansó

Después de 48 horas sacudido al largo y al través con 30-35 nudos de viento, te alegras cuando se calma. Ahora tengo 20 nudos de media, y las condiciones son más agradables; el cielo está despejado, el frente ha pasado, tengo un poco de sol… va bien. Puedo descansar un poco, moverme por el barco sin tener que ir a cuatro patas. He podido dormir encadenando siestas de 40 minutos a una hora. El barco iba con el piloto, la noche ha empezado en unas condiciones que cambiarán y tenía que estar fresco y con mis baterías recargadas. Navego a la vista con MACIF desde hace 36 horas y lo veo en el AIS a una decena de millas. Es un buen referente en cuanto a velocidad y rumbo. Pero intento decidir yo mi ruta, aunque nuestro software en prácticamente el mismo. De momento no hay grandes opciones, veremos más tarde si puedo intentar algo.
Armel Le Cléac’h (FRA, Banque Populaire)

Acabo de soltar el rizo y como se ha estropeado otra vez el molinillo (ndlr: la columna de winch, reparada hace poco), vuelve a ser un trabajo de negros. Tendré que repararlo, pero de momento en la cabeza tengo mis hidrogeneradores. Hago las cosas por orden de prioridad. Ahora mismo hay un 90% de placer de navegar y un 10% de frustración. Pero cuando acabas de reparar el hidrogenerador y al cabo de 10 minutos vuelve a arrancarse, ¡entonces es el 100% de frustración y ningunas ganas de navegar! Noto mucho el mes de regata. La recuperación es mucho más complicada. En cuanto te pasas por el motivo que sea, recuperarse cuesta mucho más.
Bernard Stamm (SUI, Cheminées Poujoulat)

Veo a Armel, no todo el rato, pero como solo está a 5 millas, a menudo veo su barco. Es bastante genial. Pero tampoco estamos en configuración regata, no adapto mis decisiones, mis maniobras y mi navegación a lo que veo que hace él, corro mi propia regata. Puede tener la impresión de que mi inglés ha mejorado en poco tiempo, pero creo que sobre todo lo que sucede es que las condiciones de navegación son mejores y, como consecuencia, estoy menos en tensión y más relajado. Esa es la explicación.
François Gabart (FRA, MACIF)