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Vendée Globe. Stamm y Gabart no se despegan y eligen la opción sur

Vendée Globe. Stamm y Gabart no se despegan y eligen la opción sur

Si, en cabeza de la flota, François Gabart y Armel Le Cléac’h continúan navegando en rutas paralelas, y ya se les conoce como la dupla locktite, otros tienen la ocasión de probar la verdadera soledad del gran sur, cuando el competidor más cercano se encuentra a más de una jornada de su posición. Los próximas horas podrían cambiar la suerte.

Los dos líderes de la Vendée Globe no juegan al farol. Navegan hacia la última puerta del Pacífico, y siguen enganchados como con una goma, no se han distanciado más de cincuenta millas en separación lateral durante las últimas veinticuatro horas, a las 18OO GMT se llevaban 15 millas de nada si tenemos en cuenta la distancia ya recorrida. Por su proa la presencia de una zona de transición compleja que los pondrá a sacar estrategias y uns posible ruptura de esa goma virtual. Un pequeño centro depresionario en formación genera una zona de calmas de lleno sobre su ruta. Para rodearlo, hay dos opciones: por el norte la ruta es la más larga sobre el agua pero garantiza –si es cierto que el clima ofrece certezas– un viento más o menos regular. Por el sur, la ruta es más corta, pero se corre el riesgo de caer en las calmas. Entre ambas rutas hay una diferencia de apenas unas horas al cabo de Hornos. Así pues, ¿qué decisión tomar? ¿La ruta norte, que impone un rodeo, o la sur, más cercana de la ruta directa, pero que puede revelarse traidora? Además, deben tener en cuenta necesariamente otro parámetro. Separarse ahora es aceptar el riesgo que uno de los dos protagonistas tome una ventaja clara antes de franquear el cabo de Hornos. En este juego, cada uno procura enseñar sus cartas lo más tarde posible. Pero como en el póquer, se tiene que pagar para verlas. En la clasificación de las 16 horas, ambos líderes parecían haber hecho su elección: ruta al sur, conservadora.

 

Viaje en soledad
Esta regata al contacto tiene virtudes evidentes. Se puede testear las propias prestaciones y psicológicamente, es tranquilizante cruzar este gran desierto de agua en convoy con un competidor cercano. Aunque está fuera de dudas superar los límites de un riesgo aceptable, nada impide opinar que disponer de una liebre cerca ayuda al rendimiento. Sin embargo, son numerosos a abordar la última marcha de las mares del Sur sin una referencia real. Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3) asoma a más de 650 millas de los dos primeros y relega a Alex Thomson (Hugo Boss) a más de 300 millas. El británico tiene casi 900 millas de ventaja sobre Jean Le Cam (SynerCiel) que prosigue su ruta 400 millas ante el trío solitario aún agrupado, formado por Mike Golding (Gamesa), Dominique Wavre (Mirabaud) y el español Javier Sansó (Acciona 100% EcoPowered). Detrás de ellos, Arnaud Boissières (Akena Vérandas) se encuentra a 400 millas de Bubi, o sea, la distancia entre Bertrand de Broc (Votre Nom autour du Monde avec EDM Projets) y Tanguy de Lamotte (Initiatives-cœur). Alessandro Di Benedetto (Team Plastique) no tiene estos estados de ánimo. Navegar a 4.800 millas de los primeros no es nada cuando se tiene en las alforjas una vuelta del mundo en solitario, sin escala con un Mini de 6,50 m. en 268 días.

 

Contratiempos técnicos
Esta disposición también podría verse alterada. Basta a veces un granito de arena para desarreglar una buena mecánica. Bernard Stamm, fondeado ante Dunedin, lo sabe bien. El patrón de Cheminées Poujoulat, a pesar de una máquina diseñada para un alto rendimiento, está embarcado en una espiral infernal, a causa de la rotura de los soportes de los hidrogeneradores. Mientras batallaba aún por el cuarto lugar, Bernard puede, en el mejor de los casos, reanudar la marcha con el grupo de los Pistoleros que, tras haber perdido a Jean Le Cam, recuperaría otro corredor de temperamento. Falta por saber si este grupo no va a explotar. Javier Sansó ha anunciado, durante el directo con el PC Regata, que había sufrido nuevos contratiempos con su carro de la driza de la mayor. Bubi se dispone pues a trepar esta noche (de día en las antípodas) para intentar reparar la pieza. El patrón balear ha puesto un poco norte en su ruta para beneficiarse de grados de temperatura adicional. Cuando estás a 27 metros de altura, bien se está en el derecho de regalarse algunos elementos de confort.

Han dicho...

Se ha vuelto a romper el carro de la driza de mayor pero por otro sitio. Esta mañana cuando fui a soltar un rizo el carro estaba trabado; he conseguido que el carro baje pero una pieza se ha quedado en la carrilera a unos 27 metros de cubierta, así que mañana intentaré subir otra vez al palo a ver qué pasa ahí arriba. Teóricamente aquí debería ser más fácil que cuando lo hice la última vez, ya que el barco navegará estable y no dará bandazos...
Creo que podré solucionarlo cuando amanezca. He subido de latitud porque se me congelaban los dedos poder hacer bien el trabajo ahí arriba... y un poco de norte espero que ayude. Espero poder arreglarlo y continuar con la mayor entera; si no tendré que ir con un rizo hasta el final, lo que significa que iré mucho más despacio con vientos medios y flojos. Mañana haré el trabajo lo más rápido que pueda.
Javier Sansó.

Para mí, el paso importante de la vuelta del mundo es cuando pasas este famoso antimeridiano. Hasta aquí, tu posición aumentaba en el Este y aquí, llegados a 180°, las cuentas se invierten, un poco como una cuenta atrás. Has hecho la mitad de la tierra y poco a poco te acercas a la latitud de Europa. Les Sables d'Olonne están en 2°Oeste y cabo de Hornos en 67°Oeste. No me quedan más de 113° para Hornos, no es mucho en comparación de todo lo que he navegado. Ayer tuve una jornada de ensueño como no la había tenido desde hace mucho tiempo: sol, cielo azul, 22 nudos de viento… he inspeccionado el barco de la A a la Z, de atrás a adelante he comprobado los pilotos, las conexiones. He hecho limpieza y he secado el compartimento de velas y los posteriores. Aunque no había mucha agua (medio cubo), todo esto lo ganaremos en rendimiento.
Jean Le Cam (FRA, SynerCiel)

Acabo de trasluchar, hay 4,8 nudos de viento, ni pizca de aire, es de locos. En cambio, sigue habiendo olas. Es increible en los mares del sur, aunque no haya viento permanecen las grandes olas. Los fenómenos ondulatorios son importantes aquí, no como en el Mediterráneo. El barco choca incluso con el viento débil. El viento debería volver en pocas horas.El efecto elástica está bien presente en mi vuelta al mundo. Ayer arañé 50 millas, esta mañana he perdido 162 en la encalmada. Nada está decidido, y cada día es una nueva aventura.
Jean-Pierre Dick (FRA, Virbac Paprec 3)

He realizado buenos promedios estas últimas 24 horas. Navego en un cielo nublado, con un viento relativamente estable en dirección que varía de 20 a 35 nudos en fuerza. Son pues unas condiciones potentes, en las que se tiene que maniobrar mucho, soltar rizos, ponerlos, vaciar los lastres, llenarlos de nuevo...Mike me ha recuperado algunas millas en las últimas horas, y todavía va a avanzar más ya que el viento disminuye de atrás. Pero el viento va a aumentar dentro de 24 horas. Entonces pasaremos por las islas Campbell, últimas tierras antes del cabo de Hornos.
Dominique Wavre (SUI, Mirabaud)