Un poco de historia

El 9 de diciembre de 1999, una pareja de arrastreros que suelen faenar por la cornisa cantábrica, capturó un ejemplar vivo de Architeuthis a 34 millas de Gijón, en el conocido por los marinos como "Caladero de Carrandi". El animal en cuestión se trata de una hembra subadulta de 180 centímetros de manto y 148 kilos de peso. Este hallazgo llevó a grupos de científicos a interesarse por toda la información referente a los calamares gigantes en Asturias.
Se entrevistan a diferentes personas relacionadas con la pesca, a servicios de lonjas, viejos patrones etc y se sabe de que en los últimos 15 años se habían capturado moribundos otros 5 ejemplares y 11 más fueron enmallados muertos o fragmentados. El peso de estos animales varió entre 75 y 147 kilos. Sin embargo lo más sorprendente fue constatar que desde abril de 1999 hasta octubre de 2001 se habían capturado 2 ejemplares moribundos y dos tentáculos de 5 y 2 metros de longitud, apareciendo además otros 5 ejemplares varados en la costa.

La aparición de estos calamares gigantes en un periodo tan breve coincide con el desplazamiento de algunos arrastreros gallegos y asturianos a esta área para pescar bacaladilla, así como, probablemente, a los trabajos recientes efectuados en prospecciones petrolíferas, que, aparentemente y por los sónares tan potentes con que trabajan, afectaron a esta especie, así como a otra fauna marina de estos caladeros, donde la topografía de área, con la presencia de los cañones submarinos de Llanes, Lastres y Avilés; la existencia de afloramientos marinos en la plataforma adyacente, que soportan importantes comunidades de invertebrados y vertebrados; la existencia de depredadores, principalmente de grandes mamíferos marinos, y la persistencia de los registros de calamares gigantes indican la existencia de una población estable de calamares gigantes en el caladero de Carrandi.
El Kraken está a nuestras puertas; en nuestros mares y nos es algo cercano. Esto constituye un auténtico reto y compromiso para la ciencia española, así como para la industria de documentales sobre la vida salvaje.

Los océanos representan casi el 90 % del espacio vivo de nuestro planeta. El esfuerzo por conocer y comprender lo que ocurre en esas vastas extensiones, la mayoría situadas a profundidades superiores a los 1.000 metros, es todavía muy pequeño, comparado con la carrera espacial. Ha sido como comenzar a conocer la corteza de un mundo que encierra una fauna y unos ecosistemas fascinantes, no sólo por su interés científico sino también porque son este tipo de empresas las que promueven el entusiasmo del espíritu humano..