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En busca del legendario 'ARCHITEUTHIS'. Una tonelada de pescado

Aparte de la tonelada de pescado que se lanzará al mar, cada una de las cámaras está equipada con tres cebos creados especialmente para atraer al mayor de los cefalópodos. El acústico emite pulsos en baja frecuencia que simulan la pelea de grandes animales marinos, un dispositivo que en Miami se ha mostrado más efectivo con los tiburones que la sangre animal.

El segundo cebo es orgánico, y se diseñó para desprender aromas fabricados por el campeón de pesca deportiva José Castro. La última trampa será luminosa. Se cree que el calamar gigante mantiene su posición de ataque en la penumbra y es posible que, disminuyendo la intensidad de luz paulatinamente, el Architeuthis acabe justo enfrente del objetivo. Las cámaras tienen además una sensibilidad tal que son capaces de grabar a decenas de metros de distancia con la luz que desprende una cerilla.

Para que ningún barco despistado eche al traste el Proyecto Kraken, una patrullera de la armada española se encargará de vigilar las proximidades de la zona. Otras instituciones públicas han querido también colaborar en la búsqueda del calamar gigante, como el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Museo del Mar de Galicia, el Ayuntamiento de Gijón o el propio CSIC, que entre otros aspectos aporta a la expedición dos doctores en biología.Un gran equipo técnico y humano que, bajo la batuta de Transglobe Films, emulará la odisea de los grandes exploradores españoles, pioneros que como ahora González Sitges y Gracia catapultaron a la Humanidad hacia lo desconocido.

Comienza la búsqueda del calamar gigante

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La expedición de la productora Transglobe Films, integrada por 20 personas y que que aspira a filmar por primera vez en la historia un calamar gigante en su hábitat, partió en la tarde de ayer de Gijón a bordo del buque "Investigador" hacia la zona acotada, un triángulo de tres millas de lado, en la que esperarán la presencia de los "legendarios" cefalópodos de hasta 20 metros de longitud.

Seis cámaras submarinas filamarán durante los quince días que durará la expedición del llamado 'Proyecto Kraken', en la que se han invertido cerca de 1,1 millones de euros y en la que, junto a la productora cinematográfica, participarán miembros del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Corrdinadora para el Estudio de Especies Marinas (CEPESMA).
"Con las seis cámaras mantendremos cubierta de forma constante un margen que va de los 50 a los 900 metros de profundidad", explicó ayer el responsable de la expedición, Fernando González Sitges.

Las tres cámaras de las balizas que cierran el triángulo, la sumergida desde la popa del buque de la expedición y las instaladas en dos minisubmarinos teledirigidos, emitirán constantemente imágenes a los monitores de cubierta, que a su vez se registrarán en soporte informático. "Creo que tenemos muchas probabilidades de lograr el éxito en el intento", comenta González Sitges. Su esperanza se basa en la evidente existencia de una población estable de cefalópodos de grandes dimensiones en aguas asturianas y en el sistema utilizado para obtener su imagen.

El calamar gigante, que alcanza los 20 metros de longitud y una tonelada de peso, "es uno de los monstruos marinos que quedan por descubrir" y su filmación puede aportar datos importantes a la ciencia, según el responsable científico del 'Proyecto Kraken', Angel Guerra.

La expedición intentará atraer los ejemplares de las dos variedades conocidas de grandes cefalópodos a la zona donde estarán ubicadas las cámaras, en una especie de estudio de grabación submarina, con estímulos visuales, sonoros y olfativos. Una tonelada de cebos de distinto tipo ha sido embarcada en el "Investigador" para ser arrojada al mar en la zona de filmación, con el propósito de despertar el apetito de estos animales y lograr que se acerquen a los objetivos de las cámaras. Efectos de luminosidad también han sido preparados para aprovechar la capacidad que tienen los calamares para visualizar la luz polarizada que se emite en una longitud de onda de un solo plano, algo que los humanos no pueden hacer. Las artes de pesca que desarrollará la expedición han sido estudiadas en base a la morfología de los cefalópodos gigantes conocida por la aparición y captura de ejemplares muertos. Los calamares gigantes tienen los sentidos de la vista, el oído y el olfato muy desarrollados, lo que les permite responder a estímulos luminosos, sonoros y olfativos, según afirmó el biólogo Ángel Guerra.

Hasta ahora, expediciones norteamericanas auspiciadas por productoras como National Geographic o Discovery Channel fracasaron en el intento, cuenta González Sitges. "La diferencia está en que, mientras ellos iban a por el calamar, nosotros tratamos de atraerlo", dice.

Según González Sitges, las expediciones previas trataron de hacerse con imágenes de uno de esos cefalópodos fijando una cámara en el lomo de un cachalote "su principal predador", pero el sistema fallaba porque el cetáceo lograba desprenderse de la cámara antes de atacar cualquier calamar. La expedición española, por el contrario confía en atraer algún ejemplar a su zona acotada en una zona en la que se conoce una población estimable de calamares gigantes.

Una vez pasados los quince días de expedición, el documental estará listo "con o sin protagonista", y Transglobe Films prevé comenzar su distribución a la semana de desembarcar de nuevo en Gijón. "Hay mucha expectación en todo el mundo", comenta González Sitges. Mientras, y para responder a dicha expectación, los responsables del proyecto Kraken pondrán a disposición de todo el mundo los pormenores de su aventura en la web www.proyectokraken.com

Las primeras imágenes de un calamar gigante en su medio natural podrían producir un rendimiento económico entre 20 y 30 veces superior al coste de la expedición, según los cálculos de la productora de televisión. No obstante, si no se consigue filmar al calamar gigante, Tranglobe Films espera recuperar la inversión con la edición de programas sobre la riqueza ictícola y criptozoológica que espera encontrar en las fosas del Cántabrico a mil metros de profundidad.